El temporal de fenómenos costeros que mantuvo ayer en alerta naranja -riesgo importante- a todo el litoral asturiano dejó algunos daños en localidades costeras así como imágenes repetidas de paseos y accesos cortados a puertos. Las olas, mayores que las del lunes, llegaron a superar los ocho metros. La alerta por oleaje en la región se rebajará a nivel amarillo a primera hora de la mañana de hoy. La boya situada a la altura del Cabo Peñas registró ayer de continuo olas de más de siete metros, alcanzándose una altura significativa de 8,09 metros a las 15 y a las 17 horas.

En Navia, las marejadas dejaron daños en el campo de fútbol de El Pardo. El agua anegó el campo de entrenamiento y la dirección del club de fútbol naviego se vio obligada a cancelar los encuentros de preparación de los deportistas, algo que ya hizo el pasado lunes por precaución. El presidente, David Álvarez, confirmó que los destrozos son "cuantiosos", aunque el campo menos afectado es el que se utiliza para partidos de temporada. El agua llegó a la zona de aparcamiento, las oficinas y la pequeña sala de gimnasio que el Navia Club de Fútbol comparte con el club de remo. Hay varias máquinas afectadas. También se teme por la instalación eléctrica. El concejal de Deportes, Nacho Blanco, visitó la zona. No es la primera vez que el agua llega a este complejo, pero no lo hacía con tanta magnitud "desde hace años".

El mar entra en Tazones y persigue a un paseante que estaba grabando el temporal

El mar entra en Tazones y persigue a un paseante que estaba grabando el temporal

El temporal también llegó con fuerza a La Arena. Dos espigones de los pantalanes del puerto deportivo acabaron destrozados, lo que obligó a propietarios de barcos a llevar sus embarcaciones a San Esteban de Pravia. Lo peor llegó entre las 15.30 y las 17.00 horas, coincidiendo con la pleamar, que provocó la subida del agua en la ría. La rápida actuación de los propietarios impidió un daño superior al ocurrido. "Esto fue un aviso, cuando haya más metros de ola puede ser muy gordo", avisan los pescadores arenescos. "Llevamos tiempo pidiendo un espigón, el flotante actual no quita la fuerza de la mar. Desde que hicieron la obra de la barra, hace treinta años, entra la mar y lo lleva todo. Cualquier día va a haber un disgusto gordo. No será porque no hemos avisado", agregan. También los paseantes de la calle Bajamar sufrieron la subida del mar, que arrojó troncos y ramas a la vía.

En Luarca el agua llegó al paseo del muelle, generando preocupación en los propietarios de los bajos. El Ayuntamiento de Valdés cortó el acceso al dique de Marchica y mantuvo especial vigilancia en el paseo de las playas. La coincidencia de la pleamar con el intenso oleaje también provocó que el río Negro se desbordara a la altura del puente del Beso. El Alcalde de Valdés, Óscar Pérez, confirmó daños en parte de los pantalanes.

En Gijón se tuvieron que cerrar algunos tramos del paseo del Muro de San Lorenzo y en Salinas algunos paseantes acabaron mojados. El acceso a otros puertos, como el de Tazones, permaneció cerrado por el elevado riesgo generado por el intenso oleaje.