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El móvil, ni en el recreo

Madrid será pionera en prohibir el curso que viene el uso del teléfono tanto en el aula como en el patio, mientras Asturias sigue sin regularlo

La consejera Carmen Suárez y la ministra Isabel Celaá, ayer, durante su reunión en Madrid.

Madrid le declara la guerra al teléfono móvil en los colegios y se adelanta a Asturias. El gobierno de Isabel Díaz Ayuso (PP) anunció primero que prohibiría el uso de smartphones en las aulas y ahora que ampliará la limitación también a los recreos, para combatir el ciberacoso. La medida entrará en vigor a partir del próximo curso, una vez que la comunidad modifique su decreto de convivencia, y serán los centros escolares los que decidan de qué forma aplicarla. La Administración les dará varias posibilidades: instalar taquillas para que los alumnos guarden sus dispositivos electrónicos, obligar a los chavales a apagar sus móviles al entrar en los colegios e, incluso, imponer sanciones a quienes se salten las normas. De esta forma, Madrid se adelanta a muchas comunidades, entre ellas a Asturias, donde el sector docente pide desde hace tiempo a Educación que limite de alguna manera el uso del teléfono.

Ahora mismo, en el Principado son los centros los que regulan por su cuenta el empleo del móvil. Así, hay colegios e institutos que permiten su entrada a las aulas, otros que no; hay centros que piden apagarlos, otros que autorizan que estén encendidos: no existe un criterio general. El sindicato ANPE afirmó la semana pasada, en la presentación de un decálogo para el buen uso del móvil y de las redes sociales por parte de los estudiantes, que la Consejería había hecho "dejación de funciones" al existir "disparidad de criterios", casi tantos como centros educativos hay en la región. El planteamiento de la Comunidad de Madrid es claro: hay que prohibir el móvil, tanto en clase como en el recreo, para evitar que los alumnos graben y difundan vídeos de sus compañeros y profesores.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la mitad de los niños españoles de 11 años ya tiene teléfono móvil. Los porcentajes van a más a medida que crecen: el 75% lo usa con 12 años y el 94% con 15. Grabar las peleas de estudiantes en los recreos y luego colgar los vídeos en internet ya tiene nombre: "happy slapping" (bofetadas felices). Esta práctica la hacen al menos el 11% de los alumnos, dice un estudio del Instituto de Tecnologías de la Comunicación.

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