Alles, capital del concejo de Peñamellera Alta, es uno de esos lugares de Asturias que nunca terminan de conocerse del todo, sobremanera porque, con las estaciones, también cambia la forma en que se descubre ante nuestra mirada. En estos meses de invierno resulta un lujo poder caleyarlo cuando el tiempo acompaña y descubrir algunas de las mejores representaciones de la arquitectura indiana, así como su patrimonio religioso, pródigo en su terreno. Apetece perderse por sus caleyas y descubrir algunos de sus barrios como Bellaces, Besnes, Llumberu, San Roque, Trespalacios, El Toju, Pedrosu, Las Coronas, La Cuesta, La Aldea, Las Jilgueras, La Cal, Pastorias, Socampu o Las Barras.
A la capital peñamellerense se llega desviándose de la AS-114, por otro lado, una preciosa carretera donde manda el río Cares en todo momento, que une Arenas de Cabrales con Panes a la altura de Niserias. A poco de comenzar a subir por la carretera, y tras dejar atrás Besnes, ya se asoma al paisaje esta población donde, sin duda, manda con su presencia la iglesia de San Pedro, financiada por Juan de Mier y Villar, nacido en esta localidad en 1737 y quien ocupó importantes cargos eclesiásticos en México. Se construyó en 1787 y su torre, que fue alcanzada por un rayo, se reconstruyó en 1847. No solo impresiona por sus dimensiones, sino que, interiormente, es una iglesia bellísima.
También llaman la atención, entre otras edificaciones, las casonas de La Quintana, Villa Amparo, La Potraliega o El Jacal. Eso sin olvidar algunas de las capillas repartidas por algunos de sus quince barrios, como es el caso de la capilla de San Roque, la de la Reina de los Ángeles o la del Rosario. Tampoco falta en Alles un bar tienda tradicional donde tanto se puede comer como comprar productos locales; una quesería donde adquirir sus productos y un lugar tan interesante como el Aula de la Miel, donde, además de conocer el mundo de las abejas, se puede adquirir buena miel de la zona.
Visita obligada es también en Alles a los restos de San Pedro de Plecín, iglesia románica con añadidos posteriores que se edificó en uno de los rincones más increíbles de este pueblo, con vistas a los Picos de Europa. El templo se levantó a finales del siglo XII donde antaño se encontraba una capilla prerrománica de planta rectangular. Se llega por una caleya que está a aproximadamente unos 500 metros del centro del pueblo. Un lugar que transmite, además de una gran belleza, mucha paz.
