Esta vez no hubo vacas ni asturcones, pero sí indignación y desesperación ante lo que los ganaderos asturianos consideran una estocada de muerte al campo por parte de las industrias e intermediarios, que pagan los productos a precios similares a los de hace treinta años, y las administraciones, que no ponen en marcha políticas eficaces para dinamizar las áreas rurales. Alrededor de un millar de asturianos rurales (ganaderos, agricultores, apicultores, maestros y pensionistas, entre otros), protestaron ayer en Oviedo, con energía y contundencia, para reclamar tarifas justas para los productos y respeto por el medio rural. Hubo quejas contra los políticos, pero los políticos también estaban tras la pancarta: representantes de todos los partidos se sumaron a la marcha, aunque muchas de las reclamaciones se dirigían a ellos.

Los manifestantes exigieron a las administraciones apoyos reales para quienes quieren vivir de la agricultura y la ganadería y encuentran cada vez más trabas. "Los políticos no hacen más que hablar de la 'España vacía' y ellos no hacen más que provocar ese vacío", decía ayer casi con lágrimas en los ojos Tania Álvarez, ganadera de San Martín de Oscos, con hijos a los que no augura un futuro en el pueblo. La maestra Vanesa López mostraba toda su solidaridad con las reivindicaciones, que también planteaba Arantxa Freijas, otra joven ganadera de carne, desesperada con las innumerables trabas burocráticas que debe realizar a diario para mover y vender reses.

Ninguna de ellas pertenece a organizaciones agrarias, aunque tres convocaron la concentración: ASAJA, UCA y COAG. Los dirigentes y simpatizantes del sindicato USAGA, que focalizaron sus protestas en la gestión de la Consejería de Desarrollo Rural, se sumaron a última hora con tanto entusiasmo que lograron colocar su pancarta en cabeza ante cierto malestar de los dirigentes de las organizaciones "oficiales". USAGA carece de este reconocimiento al no estar refrendada por las urnas agrarias que no se convocan en Asturias desde hace 18 años, como ayer se encargaron de recordar sus coordinadores, Luis Fernando Marrón y Xuan Valladares. "Esto es como si Aznar llega al Congreso y dice que es el presidente porque le eligieron hace años", criticó Valladares.

El campo asturiano lleva a Oviedo su situación límite: "No tenemos más horas en el día para seguir trabajando y no podemos pagar las facturas"

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Ramón Artime (ASAJA), José Ramón García Alba (UCA) y Mercedes Cruzado (COAG) dirigían la protesta, a pesar de los fallos de una megafonía que apenas dejó escuchar los discursos. Lo que sí se escucharon con claridad desde los despachos de la Junta General del Principado y Presidencia del Gobierno fueron los cencerros que tañían los ganaderos, un elemento clásico en este tipo de protestas, que compartió protagonismo con pitos y algún que otro petardo.

No faltó el clamor contra los daños del jabalí, los del lobo, la miel "chatarra" que llega de China y, en general, la progresiva caída de la rentabilidad de los negocios agroganaderos, que está provocando el abandono de la actividad y, por añadido, de los espacios rurales.

"Esta situación es insostenible; el Gobierno de Asturias debe exigir unas políticas agrarias más justas en Madrid y a la Unión Europea", señaló la portavoz de Ciudadanos en la Junta, Laura Pérez Macho. La diputada de PP Paloma Gázquez aseguró que su partido "defiende y defenderá en todas las instancias precios justos para los productos del campo". Por su parte, la presidenta del PP asturiano, María Teresa Mallada, también reclamó a los gobiernos regional y central medidas para el sector. "En Asturias tenemos que pelear para que la PAC se diseñe de acuerdo con las características de la región; llevamos muchos años de retraso". Ignacio Blanco, portavoz de Vox en la Junta General del Principado, también apoyó las reivindicaciones de los ganaderos y resaltó la importancia de la labor que realizan. Puestos a sumarse, el Gobierno regional también apoyó la concentración y las reclamaciones ganaderas, como ya adelantó la pasada semana el consejero de Desarrollo Rural, Alejandro Calvo, en una reunión mantenida con los sindicatos. A la protesta acudió el director general de Ganadería, y otros altos cargos del PSOE, como Marcelino Marcos, presidente de la Junta General; las diputadas regionales Esther Freile y Alba Álvarez, y los alcaldes de Llanera, Gerardo Sanz; Villaviciosa, Alejandro Vega, y Tineo, José Ramón Feito, que ofrecieron todo su apoyo a los ganaderos. Incluso el presidente, Adrián Barbón, mostró su respaldo a las demandas del sector.

"La 'España vacía' empieza aquí; en todos estos argumentos que hacen que los ganaderos y los agricultores no vean futuro para sus familias", señaló el secretario general de UCA, José Ramón García Alba. "Hasta ahora fuimos aumentando las horas de trabajo para compensar la caída de la rentabilidad, pero ya no hay más horas en el día. Queremos alguna medida real y efectiva que se aplique al campo y que le dé el futuro que merece", añadió Mercedes Cruzado, secretaria general de COAG.

Ramón Artime, presidente de ASAJA, incidió en los altos costes que sufren los productores y en el papel de guardianes del medio ambiente que realizan los profesionales del medio rural. "Nuestros costes de producción se incrementaron exponencialmente y nosotros día a día perdemos poder adquisitivo". Es insostenible. Si esto no se corrige difícilmente se pondrá freno al escape del campo".

Las esquelas alusivas a la muerte del campo pusieron la puntilla a una protesta que recogió el testigo de las que se han llevado a cabo en toda España. El descontento larvado durante largo tiempo se relanzó en el presente más inmediato con los aranceles de Trump y las aceitunas de Andalucía, siguió con la subida del salario mínimo y continuó con las reclamaciones de precios justos a las materias primas que cubran los costes. La especificidad asturiana viene dada, además, por los daños de la fauna salvaje. La concentración concluyó con un corte de tráfico en Uría.