El rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, replicó ayer a la tesis de la ministra de Educación, Isabel Celaá, de que habrá que esperar a la cooficialidad para que el asturiano sea una especialización docente. "Tenemos una ley de uso y protección y la enseñanza del asturiano ya se está llevando a cabo; lo que no tenemos es una especialidad que permitiría a los estudiantes que salen de ella integrarse en la etapa de Secundaria", valoró García Granda, quien dijo compartir la posición que planteó ayer el Principado al defender de forma expresa la especialidad docente del asturiano.

"Necesitamos puestos de trabajo. No sé cuántos va a dar, pero en Asturias necesitamos muchos", declaró el Rector. "Desde el máximo respeto a todas las personas, ya saben mi posición sobre el asturiano. Es algo que culturalmente nos pertenece y desde la Universidad haremos lo que esté en nuestra mano para potenciar su uso, mantenimiento y transmisión", precisó García Granda, quien añadió que le parecía "una obviedad" que la Ministra dijese que es importante que se enseñe el asturiano.

La "negación" de Celaá a la especialidad docente de asturiano suma a los ojos de Podemos otro indicio "preocupante" de "involución" que indica que ha llegado el momento de "plantear ya con claridad la reforma del Estatuto de Autonomía para incluir la oficialidad". El diputado Rafael Palacios invitó ayer, nada más conocer la posición del Gobierno estatal y la reacción discrepante del Principado, a resucitar la iniciativa de inmediato, invocando la certeza de que "los grupos que llevamos la oficialidad en nuestros programas somos mayoría en votos y escaños y además estamos convencidos de que hay más partidos que se van a sumar a esta propuesta".

La frase puede incluir a la vez un mensaje al PSOE y una invitación a Foro, dado que la suma de los grupos abiertamente partidarios de hacer la llingua oficial -PSOE, IU y Podemos- se queda en la Junta a un voto de los 27 que requiere el mecanismo parlamentario de reforma del Estatuto y que la formación forista puede haber sido la menos beligerante de las que se han opuesto a la oficialidad. La fractura interna que arrastra el partido fundado por Francisco Álvarez-Cascos podría ser otro factor a considerar en torno a un proyecto que encalló al final de la legislatura pasada, cuando la propuesta presentada por Podemos e IU tropezó con los votos en contra de todas las demás formaciones, incluyendo al PSOE, que para entonces ya había acogido la oficialidad entre sus postulados programáticos, pero que se opuso arguyendo que la reforma no figuraba en el programa electoral con el que se había presentado a las elecciones de 2015, algo que sí sucede ya a partir de 2019.