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Mitinero en un carro del país en Teverga, con el "Herald Tribune" doblado en el bolsillo

Fernando Morán ganó sus primeras elecciones en Asturias en 1978 para sacar un escaño en el Senado, pero fue considerado "crítico" por la FSA

Por la izquierda, Mari Luz Calvo-Sotelo (esposa de Morán), Antonio López Pina, Álvaro Cuesta, Fernando Morán, Clara Morán Calvo-Sotelo (hija de Morán) y Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, en una foto tomada en octubre pasado.

"Genio y figura". Así recordaba ayer Cristina Narbona, la presidenta del PSOE, a Fernando Morán, con el que compartió la intensa campaña electoral a la Alcaldía de Madrid de 1999, "cuando estuvimos más cerca de ganar". Aquellos comicios, que el político avilesino vio ganados en la noche electoral, acabaron siendo su despedida de una carrera política que había arrancado dos décadas atrás, cuando fue el candidato a unas elecciones parciales al Senado en Asturias, en mayo de 1978, para ocupar un escaño que había dejado vacante el comunista Wenceslao Roces.

De aquella su primera campaña electoral quedó una imagen grabada en la retina de varios jóvenes socialistas que alucinaban viendo a un diplomático intelectual subido a lo alto de un carro del país, caleyando y peleando el voto pueblo a pueblo. Una imagen que pudo verse en Teverga pero también en Cangas del Narcea y en Siana (Mieres) de Fernando Morán, "con ese aire despistado y un ejemplar del 'Herald Tribune' o del 'New York Times', doblado en su bolsillo", según relata Álvaro Cuesta, exdiputado, miembro del Consejo General del Poder Judicial y uno de los tres codirectores del libro homenaje a Fernando Morán "El lugar de España en las relaciones internacionales", que vio la luz en octubre del pasado año con el visto bueno del protagonista.

"Siguió al detalle la elaboración. Le consultamos hasta el borrador", relata Cuesta, que le visitaba periódicamente en la residencia de Pozuelo de Alarcón donde el exministro de Asuntos Exteriores ha vivido hasta sus últimos días con su esposa, Mari Luz Calvo-Sotelo. Tanto Álvaro Cuesta como el exvicepresidente del Principado, Bernardo Fernández, abordan en ese libro las relaciones de Fernando Morán con la Federación Socialista Asturiana, que no siempre fueron fáciles en unos tiempos de intensa actividad y debate interno. Cuesta aún guarda fresca en su memoria aquella mañana primaveral, "un tanto fría y soleada", de abril cuando el comité federal del PSOE y la comisión permanente del PSP firmaban su fusión en el Palacio de Congresos de Madrid con el colofón de un gran acto político al que intervinieron además de Felipe González y Enrique Tierno Galván, los líderes del socialismo europeo de la época, como el alemán Willy Brandt, el portugués Mario Soares, el francés Francois Miterrand, el sueco Olof Palme o el italiano Bettino Craxi, entre otros. "En aquel acto y como fruto del acuerdo de unificación fue presentado, con brevedad, Fernando Morán como candidato del PSOE ya unificado a las elecciones parciales al Senado que debían celebrarse en Asturias al mes siguiente", recuerda Álvaro Cuesta, que confiesa su fascinación "por aquel personaje, con pajarita, abstraído, sabio e irónico que en pleno mitin a pie de caleya citaba datos económicos o de política internacional, extraídos de aquellos periódicos internacionales que llevaba en sus bolsillos. Hasta llegaba a recomendar la lectura de algunos artículos a un público integrado por militantes socialistas históricos, obreros y luchadores antifranquistas, algunos con boina calada, que le escuchaban con reacciones donde se combinaban estupefacción y gran orgullo" .

Bernardo Fernández indagó en ese mismo libro en las diferencias que el propio Morán dejó entrever en sus memorias con la Federación Socialista Asturiana. ¿Por qué no fue el candidato por Asturias al Congreso en las generales de 1979 tras la victoria de un año antes y acabó siendo candidato "cunero" por Jaén cuando había defendido con pasión en el Senado la causa de Asturias y denunciado incluso su postergación?

Entre los desencuentros con la FSA, apunta Bernardo Fernández la negativa de Morán a ser sustituido, junto a otros cuatro diputados elegidos en Asturias, para constituir de modo provisional la Junta General del Principado. En aquel momento, Morán se convirtió en "crítico" de la FSA, donde tampoco gustó nada la asistencia de Morán a una reunión de "quince o veinte compañeros" , que tuvo lugar en la cafetería La Boroña de Gijón, "al margen de la vida orgánica del partido". Su pecado, ser demasiado de izquierdas ya que todos los reunidos "tendrían en común su fidelidad al marxismo originario" con el que ya no comulgaba tanto una ejecutiva asturiana más alineada con las tesis de Felipe González.

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