Un hombre de 49 años resultó ayer herido grave, con intoxicación por humo y quemaduras en sus manos, después de provocar de forma accidental un incendio en su vivienda, en el centro de Gijón, que los bomberos tardaron alrededor de tres horas en sofocar y que provocó una densa humareda durante toda la tarde. La rápida intervención de los equipos de emergencias evitó que las llamas se propagasen a los edificios colindantes y que ningún otro vecino -muchos se quedaron atrapados en sus casas por la cantidad de humo que se apoderó del hueco de la escalera- resultase herido. Fue un cigarrillo que estaba fumando el inquilino del piso, que responde a las iniciales J. G. G., lo que generó el incendio.

El incidente ocurrió pasadas las cinco y media de la tarde. El herido, que vive junto a sus padres -no estaban ayer en casa- en el 8º D del número 12 de la calle Domingo García de la Fuente (conecta la avenida de la Costa con Manuel Llaneza), se encontraba fumando y todo apunta a que se le cayó un rescoldo entre los enseres que abundaban en el domicilio. Rápidamente las llamas envolvieron el piso hasta salir por la ventana, lo que motivó que los vecinos de enfrente llamasen a emergencias.

Grave incendio en Gijón

Grave incendio en Gijón

A muchos de los inquilinos del edificio afectado, de diez plantas, les pilló en sus casas. La Policía y otros vecinos fueron alertando a todos para que tratasen de salir. "Yo estaba estudiando, con los cascos puestos, y cuando estoy sola nunca abro la puerta, pero al ver que llamaban a todos los pisos miré por la mirilla y vi humo y a mi vecino", explica la joven Marina Álvarez Alonso, que vive también en el octavo. "Fue todo muy rápido, nunca había vivido nada así y me puse muy nerviosa; me fui corriendo a las escaleras, en zapatillas, y eché a correr para abajo mientras llamaba al 112, todo estaba muy oscuro", recordaba la joven mientras esperaba en la calle a poder volver a su casa.

Mientras esta joven trataba de escapar de las llamas se encontró con su vecino herido saliendo del piso en llamas. "Llevaba la cara negra del humo, estaba sangrando también por un lado y salió gritando ayuda; yo estaba histérica y solo sé que salí corriendo y fui picando en las puertas a los que pude para avisar del fuego", describe Marina Álvarez Alonso. "Al llegar a la calle cayó justo una persiana, fue un susto tremendo", añade.

Otros vecinos, en cambio, no pudieron escapar y tuvieron que esperar en sus casas, bien cerradas, a la intervención de los bomberos. Sus familiares hablaban con ellos por móvil desde la calle. "Mis padres están dentro, tienen 97 y 90 años, pero están bien; siento mucho que estén pasando por esto y encima solos", reflexionaba Belén Tuero mientras se comunicaba con su padre, vecino del quinto, al que pedía tranquilidad. "¿Cómo voy a estar tranquilo si no para caer agua del techo?", respondía el nonagenario al otro lado del teléfono.

Los vecinos y sus familiares trataban de mantener la calma mientras. La implicación de los equipos de emergencias ayudó a tranquilizarles. Hasta el lugar se desplazaron tres camiones de bomberos, que una escalera comenzaron a echar agua en el piso. La Policía Local y Nacional -había una decena de vehículos policiales- acordonaron las calles Domingo García de la Fuente y Aller. Los bomberos, por su parte, trabajaron a destajo desde el exterior e interior del inmueble. Por turnos, tomando descansos y reponiendo sus botellas de oxígeno. Algunos de los intervinientes se les vio reposar unos segundos en la calle. Pasadas a las ocho y media de la tarde lograron enfriar y comenzar a ventilar el piso. Fueron tres horas de intensa actividad dificultada por la cantidad de objetos que encontraron en la vivienda, y que fueron tirando al patio interior, según los vecinos. Poco después, los bomberos que participaron en la extinción del incendio regresaron al parque para dar relevo a otra dotación que se encargó de las labores de desescombro.

El fuego afectó a los pisos contiguos y provocó importantes daños materiales. El herido, trasladado a Cabueñes, se recuperará de las heridas mientras sus vecinos tratarán de volver a la normalidad y recuperarse del susto.