La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

SOS en el Urriellu, el rescate que tuvo en vilo a toda España

"Fue un acontecimiento social", evoca Pérez de Tudela de la operación de salvamento de Lastra y Arrabal, de la que se cumplen ahora 50 años

Gervasio Lastra celebra su rescate tras bajar por su propio pie del Urriellu.

"Fue un acontecimiento social, desbordó lo puramente alpino y elevó el montañismo y la escalada a tema de conversación en todas las familias. Sobre todo, impactó en la sociedad de lo que era capaz el alpinismo para rescatar a unos compañeros y además en un escenario como el Naranjo de Bulnes, un icono". César Pérez Tudela conserva, a sus 80 años, nítidas e imborrables las imágenes y sensaciones que vivió aquel 21 de febrero de 1970, cuando él y el farmacéutico y botánico Salvador Rivas hicieron cumbre en el Urriellu para participar en el rescate de José Luis Arrabal y Gervasio Lastra.

Una semana, con sus siete noches, permanecieron atrapados en una repisa de la cara oeste del Urriellu, sin poder hacer cumbre, a unos cuatrocientos metros de altura, Lastra y Arrabal. Sin comida y sin más bebida que la del hielo derretido tuvieron que hacer frente a extremas condiciones invernales: nieve, ráfagas de vientos huracanados y helados y truenos. Un infierno, según describiría César Pérez de Tudela, que nunca alcanzó a explicarse cómo la noticia de aquella cordada perdida en el corazón de los Picos de Europa había trascendido mediáticamente. Una semana después de quedar atrapados y de sobrevivir a esas condicione infernales, el piloto de helicóptero Pedro Pasquín y el montañero Fonsín Alonso, se jugaban la vida para acercar alimentos y bebida a Lastra y Arrabal.

La élite del alpinismo español que ya se había movilizado un año antes para recuperar los cadáveres de Berrio y Ortiz, despeñados, tenía esta vez ante sí un reto mayor: rescatar con vida a sus compañeros. "Era presidente del Grupo de Socorro y me sentía obligado a aquel rescate. En aquellas condiciones no era fácil subir ni por la cara Sur. A ratos el tiempo no era malo del todo pero había hielo y nieve", relató ayer Pérez de Tudela, al otro lado del teléfono, mientras daba un paseo por Torrelodones.

El paso del tiempo no ha erosionado su memoria. No escatima detalles: "Donde se termina la pared y empieza el anfiteatro había una cornisa de nieve, que era el mayor obstáculo", recuerda. El Grupo de Socorro cumplió su misión. Hizo cumbre por la cara Sur, donde instaló un torno, y logró bajar esa misma noche hasta donde estaban los dos montañeros atrapados en la cara Oeste para volver a subir a Arrabal, el más afectado, a la cima. A la mañana siguiente, un helicóptero, en otra maniobra de máximo riesgo, evacuó a Arrabal, mientras Lastra bajaba por sus propios medios por la cara Sur. "Los rescatamos vivos, aunque luego murió Arrabal", comentó Pérez de Tudela, que recuerda aquel salvamento como un punto de inflexión: "El alpinismo era muy poco conocido y aquel rescate le dio un dimensión inusitada". Pero no acabó bien. Arrabal fallecía una semana después en el Hospital General de Asturias. Las imágenes de un extenso reportaje titulado "Rescate invernal en el Naranjo de Bulnes" dan cuenta hoy en internet del interés y expectación que levantó 50 años atrás.

Compartir el artículo

stats