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"Temimos no poder despegar por la calima", confiesan los viajeros procedentes de Tenerife

El vuelo que partió de la isla canaria salió hacia el Principado con tres horas de retraso: "La arena se metía por todas partes, estaba impracticable"

María Luisa Hernández, a su llegada a Asturias. A la derecha, el panel informativo del aeropuerto de Asturias muestra los retrasos en los vuelos. R. S.

Caras largas y gestos de sueño. Esa era la tónica dominante entre las decenas de pasajeros que en torno a las 14.00 horas de ayer se bajaban del avión procedente de Tenerife Norte, algo más de dos horas y media después del horario previsto. "Temíamos que no nos dejasen ni despegar", afirmaban con alivio varios viajeros tras sortear las inclemencias de la calima sahariana que asola las Islas Canarias desde el pasado fin de semana y que ha generado numerosos retrasos aéreos.

"Venimos, sobre todo, muy cansados", lamentaba José Luis Díaz, tras una maratoniana jornada de viaje. "A las siete de la mañana ya estaba en el aeropuerto, y no hemos llegado hasta ahora, a las dos", explicó este ovetense que lleva 15 años residiendo en las Canarias y que reconoce que la densidad de la calima que azota las islas "era impresionante". "Nunca había visto una cosa igual. Llevamos unos días que aquello parecía, literalmente, Chernóbil", relató el viajero, que criticó la actuación de la compañía aérea: "No nos informaron de nada. En ningún momento. Y eso que salimos casi tres horas después de lo previsto".

Coincide casi de pleno María Luisa Hernández, otra de las afectadas por el retraso a costa de la tormenta de arena. "Llegamos el viernes a Canarias y la cosa ha estado impracticable", resumía esta ovetense que apenas pudo disfrutar del viaje junto a su hija. "Estaba imposible. La calima se te metía por todas partes. Apenas pudimos salir del alojamiento", explicó sobre su estancia en el archipiélago canario.

La demora de la llegada del vuelo procedente de Tenerife Norte también afectó a los viajeros que tenían previsto viajar desde Asturias a la isla canaria. "Hasta que no llegue el vuelo tinerfeño nosotros no salimos. Va todo en cadena", resumía Mari Argüelles, una de las pasajeras que ayer se vieron afectadas por los retrasos. "Anoche temimos no poder ni viajar por lo que vimos en las noticias, pero confiamos en que todo se solucione lo antes posible y podamos iniciar las vacaciones", explicó.

A su lado, Rita Piñera, otra de las afectadas, hacía idéntico diagnóstico. "El único trastorno que nos provoca es que teníamos previsto alquilar un vehículo a nuestra llegada, pero no creo que el problema vaya a ser un retraso", auguraba esta gijonesa, a punto de iniciar una semana de vacaciones: "Pese a todo ni perdemos la sonrisa ni las ganas de pasarlo bien".

Fuentes de Aena, la empresa pública española que gestiona los aeropuertos, afirman que más de 800 vuelos se han visto afectados por el aire con partículas en suspensión provenientes del Sahara. Según la Agencia Española de Meteorología (Aemet), la crisis de la calima finalizará mañana, pues es cuando está prevista la entrada de vientos alisios, que soplan del Noreste al Suroeste, en el archipiélago. Dada la singularidad de este fenómeno, desde la Aemet ya han adelantado que realizarán un estudio a fondo para estudiar sus porqués: pues si bien estaba prevista su llegada el viernes, no se esperaba, en absoluto, que pudiese tener tal densidad, que en el aeropuerto de Gran Canaria llegó a ser de menos de 400 metros.

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