El Rey Felipe VI entregó hoy, a título póstumo y ante un auditorio lleno, el premio "Reino de España a la trayectoria empresarial" que el Círculo de Empresarios, el Círculo de Economía y el Círculo de Empresarios Vascos concedía el pasado mes de noviembre al filántropo astur-mexicano Plácido Arango. Unos honores "in memoriam" que recibió su hija, Maite Arango, dado el fallecimiento del homenajeado el pasado día 17. La cita le dio la oportunidad al monarca, que se consideraba amigo personal del empresario fallecido, de ofrecer un sentido discurso en el que hizo hincapié en las cualidades profesionales, sociales y humanas de Arango. "monarca, que se consideraba amigo personal del empresario fallecido, de ofrecer un sentido discurso en el que hizo hincapié en las cualidades profesionales, sociales y humanas de ArangoLa entrega de esta V edición del premio nos quiebra el sentimiento y la voz por la reciente noticia del fallecimiento de Plácido Arango, una sorpresa muy triste, una gran pérdida. Y lo que iba a ser un acto de reconocimiento, con toda justicia y con él aquí entre nosotros, se transforma en una reflexión sobre el legado de una vida plena dedicada a generar empleo y riqueza, una vida marcada por un espíritu profundamente emprendedor, generoso y filantrópico".

Felipe VI reconoció la "extraordinaria valía y su alto ejemplo, que nos deja una huella imborrable" de un hombre con profundos valores " labrados en una excepcional trayectoria: como hombre de empresa, como filántropo ilustrado y como patriota sin fronteras, de su México natal a su españa vital, orgulloso de su asturianía de ancestros y vocación, siempre ejerciendo su libertad con visión y valores universales".

A la entrega póstuma del premio que se había concedido al empresario mexicano, fallecido a los 88 años, han acudido los hijos del que fue dueño de VIPS, Paco y Maite Arango, así como la que era su pareja, la escultora Cristina Iglesias. Tampoco han faltado numerosos amigos y empresarios españoles como Antonio Garrigues Walker, John de Zulueta Greenebaum, Javier Ormazabal o Alicia Koplowitz.

En su discurso, el Rey Felipe no dudó en llevar el homenaje al plano más cercano: "Se nos ha ido un gran empresario, sí; pero sobre todo, para muchos y en todo caso para mí, se nos ha ido una gran persona y un gran amigo. Alguien a quien siempre estaremos agradecidos; que siempre estaba en su lugar, con el que siempre podías contar, cuyo consejo siempre debías oír. Personalmente nunca podré olvidar ni agradecer suficientemente el apoyo, los consejos y la confianza que siempre recibí y que supo darme con gran discreción, respeto y sensibilidad", contó el Rey de un empresario que además de filántropo y gran colaborador cultural de España fue también presidente e impulsor de la Fundación "Príncipe de Asturias".

Tampoco quiso el Rey anular, pese a la situación, la faceta risueña y el buen humor que acompañó en vida al empresario así que aseguró que "probablemente, desde donde nos observe, sea el único que sienta cierto alivio por no estar aquí y tener que soportar tanto halago y homenaje". Fueron las del monarca unas emotivas palabras que conseguía emocionar a los hijos y allegados de Arango una semana después de su pérdida. "Con su bondad, su elegancia, su optimismo y su fino sentido del humor, Plácido nos habría animado a seguir adelante a todos", concluyó el Rey.