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La guía secreta de Asturias

Paisaje de lujo entre Piloña y Ponga

La collada de Moandi, en el límite entre ambos concejos, seduce - de inmediato tanto por su belleza como por las rutas que la cruzan

Cabañas de la collada de Moandi (Ponga). ANA PAZ PAREDES

Hay carreteras comarcales que son toda una invitación para conocer con mayor profundidad rincones de Asturias que ni siquiera imaginamos. Aquellos que gustan de la bicicleta son, sin duda, además de esforzados deportistas, los que más disfrutan con ellas. Tal es el caso, por ejemplo, de los que toman la carretera AS-339 en Sevares, en Piloña, en dirección a Cazu, ya en Ponga, cuando llegan al alto de la collada de Moandi, perteneciente ya al concejo pongueto y que se encuentra justo en el límite de ambos, en un entorno que seduce de inmediato.

Otra forma de llegar hasta esta collada con el coche, para allí realizar diversas rutas de senderismo y montaña, es hacerlo desde abajo. Es decir, yendo hasta Sellaño para desde allí tomar la desviación que lleva a Cazu, parroquia y lugar al tiempo, sin tener que hacer la carretera desde Piloña, que, aunque sin duda tiene un paisaje chulo, resulta un tanto cansina por las curvas. Eso sí, antes de subir hasta la collada desde este último punto bueno es detenerse a dar un paseo por este pueblo pongueto que tiene edificios de interés, como es el caso de la torre medieval, con tres pisos, anchos muros y saeteras en las esquinas y las paredes, además de su iglesia de Santa María de las Nieves, del siglo XVIII, con un soportal que invita a refugiarse del calor mientras se contempla un paisaje que, poco a poco, se va vistiendo con los colores de una primavera que se anuncia generosa. La iglesia tiene dos capillas, una de las cuales conserva las pinturas originales.

También tiene este precioso pueblo pongueto -que se levanta en un promontorio asomado a los ríos Semeldón y Ponga- construcciones etnográficas de interés, como un gran hórreo que se encuentra junto a la torre medieval.

La parroquia de Cazu, además del pueblo de su mismo nombre, incluye las aldeas de Sellaño, Priesca, Triviertu, Ambingue y Los Lladeros, todas recorridas el pasado fin de semana por los mozos que, a caballo, iban pidiendo el aguinaldo en un actividad que concitó en la zona a mucha gente del concejo y de otros limítrofes para disfrutar de una tradición recobrada.

De nuevo en la carretera, y teniendo como destino la collada de Moandi, que está ya muy cerca, se disfruta de un paisaje tremendo en el que la montaña, la piedra y las majadas con las cabañas son objeto de deseo de la cámara fotográfica, en especial cuando allá al fondo se descubren, brillando con el sol, los praos y los tejados de la aldea de Los Lladeros. Una vez arriba, en esa "frontera" entre Piloña y Ponga, habitada estos días por algunos caballos que pastan tranquilos en la zona, se puede continuar por diferentes caminos como el que desde allí va a la Mota Cetín, tras subir hacia las praderías de Fontecha, bien señalizado en este tremendo mirador de Ponga que es la collada de Moandi.

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