La etapa como director de la biblioteca de la Universidad de Oviedo toca a su fin para Ramón Rodríguez. El también director del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) se jubila y compañeros y amigos le rindieron un emotivo homenaje, ayer, en el restaurante "La Torre", de Pruvia, en Llanera. Allí se reunieron 193 personas que no dudaron en ensalzar su trayectoria, calificándole como una persona "humilde, erudita" e incluso "figura esencial", como subrayo el rector de la Universidad, Santiago García Granda.

Rodríguez llegó con su chaqueta verde oliva y mirada dulce. Repartió abrazos por doquier. Todos querían estar con él. "Estoy muy emocionado, hay gente a la que no veía desde hace un montón de años. Siempre agradeces que te muestren este cariño tus vecinos", comentaba. Su trayectoria ha sido envidiable, con cincuenta años trabajando en la Universidad, muchos de ellos como director de la biblioteca, que cumple este año 250 años. Una instalación que según García Granda "renovó y modernizó".

Y es que según confesó en el día de ayer, en su juventud Rodríguez pasó "muchas horas en la biblioteca". Aunque, el libro que más le marcó, se lo regalaron en casa: "Fue las Aventuras de Tom Sawyer. No tenía ni diez años". Seis décadas después, aquel chaval de la localidad de Tuernes, deja la vida profesional y los elogios son unánimes. No solo por su labor en la Universidad, sino también en otras facetas.

"Hizo mucho por Llanera y lo seguirá haciendo. Se lo merece todo", comentaba José Manuel García, "Pocholo". Él, Roberto Álvarez, José Julio Velasco y al alcalde de Llanera, Gerardo Sanz, fueron los encargados de organizar el homenaje y, viendo la respuesta de la gente, se mostraban "muy satisfechos". Nada que les extrañara, "a la vista del calibre del personaje", comentaba García en uno de los corrillos que se formaron durante el aperitivo previo a los discursos.

Ahí Rodríguez abrió su corazón, agradeció a todos los presentes y habló sobre su jubilación. "No se si lo echaré de menos, creo que ya es hora de descansar y dar paso a otros", comentó, antes de exclamar: "Hay cantera", refiriéndose a los jóvenes de la Universidad. Por último, el ya ex director de la biblioteca universitaria, aseveró humildemente: "Este recorrido lo puede hacer muchísima gente. Todo es formarse y aplicar las innovaciones. La biblioteca ha cambiado una infinidad desde que llegué". Aplausos unánimes, un trago a la copa de vino y los presentes se sentaron a cenar y recordar, en su honor.