"Que venga un médico de verdad". Es una de las frases machistas que todavía escuchan las doctoras asturianas con mando en plaza en diferentes especialidades reunidas ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que se celebrará mañana, domingo.

Concepción Álvarez Saavedra, gerente del Sespa; Manuela Riera, jefa del servicio de Traumatología del Hospital de Cabueñes; Belén Álvarez Fernández, jefa del servicio de Neurocirugía del HUCA, y Alba Riesgo, directora médica del Hospital Valle del Nalón, coincidieron también en destacar que, aunque nunca se han sentido discriminadas por su condición femenina, sí les ha costado más que a los varones llegar a donde están. Lo cierto es que el 80 por ciento de los profesionales sanitarios son mujeres y su presencia aumenta en los cargos de responsabilidad, pero, aun así, la proporción de directivas no se corresponde con los porcentajes. Lo explicó Concepción Álvarez Saavedra, la responsable del engranaje de la sanidad pública asturiana y de un equipo gerencial en el que hay un solo hombre. Desde niña tuvo muy claro que quería ser médica: "Creo en el sistema sanitario público y pienso que las mujeres debemos dar un paso al frente; es verdad que se nos exige más". Cuando era pequeña su madre la llevó a hablar con un médico amigo para que la disuadiera de estudiar Medicina, pero sirvió de poco. "Hay menos directivas en el sector de la salud porque la mujer en algún momento tiene que elegir, y eso es así", aseguró.

Alba Riesgo, médica por la Universidad de Barcelona, que presentó y moderó el acto ante la emocionada mirada de su madre, anestesista ya jubilada, reconoció que los estereotipos de género persisten en el sistema de salud. "A un hombre no se le cuestiona a priori. La mujer debe realizar un sobreesfuerzo", señaló. "Es necesario que sigamos celebrando este Día de la Mujer para reivindicar nuestro papel", agregó.

Manuela Riera, jefa del servicio de Traumatología del Hospital de Cabueñes desde hace dos años, madre de tres hijos, capitanea un equipo de 21 médicos, de los cuales siete son mujeres. "Es una responsabilidad grande. Siempre quise ser médica y me ofrecían enfermería como alternativa, porque era más fácil; fui la primera mujer en Traumatología en Cabueñes. El primer año fue un poco duro", relató la doctora Riera, a quien en un reportaje llegaron a definir como "la carpintera de Cabueñes", en relación a su trabajo "recomponiendo" huesos en una especialidad tradicionalmente masculina y para la que se requiere cierta fuerza física. "Pienso que nosotras aportamos algo distinto en cuanto a la empatía con el paciente. Y es cierto que cuando eres jefa las relaciones con los compañeros cambian, hay que tomar decisiones difíciles", contó.

Belén Álvarez Fernández, jefa del servicio de Neurocirugía del HUCA, es otro buen ejemplo de profesional destacada en una especialidad hasta ahora ligada a los hombres. "Se avanza hacia la igualdad con buen paso. La sociedad aún no es consciente de la tremenda injusticia que ha supuesto mantener a la mujer apartada durante siglos", dijo. "No creo que una mujer lo vaya a hacer mejor por su condición femenina, pero sí debe tener las mismas oportunidades de demostrar su valía", matizó. Álvarez, que es una de las cinco jefas de neurocirugía en España, recordó que no fue hasta los años ochenta cuando llegó la primera neurocirujana al HUCA. "Opté por la jefatura, entre otras cosas, porque no se pueden lograr metas si no nos comprometemos con las responsabilidades. No podemos ir hacia atrás", concluyó.