La bandera malva feminista empezó a ondear unos minutos después de las seis de la tarde en el centro de la plaza de La Escandalera, a escasos metros de la de España. Los tambores, las panderetas, los aplausos y las voces de júbilo se podían escuchar a cientos de metros, y a esa distancia, y aun más lejos, muchos de los aproximadamente 15.000 participantes -datos de la Policía Nacional- ni siquiera pudieron intuir la razón de aquella explosión de alegría. Era la sorpresa preparada por la organización para conmemorar en Oviedo el 8M, Día de la Mujer, bajo el lema "Porque nosotres movemos el mundu". Ese era el oficial, porque uno de los eslóganes más coreados fue el de "ista, ista, ista, Asturias feminista", con una advertencia: "Asturies será la tumba del machismo".

Ni el coronavirus ni las advertencias del ministro de Sanidad, Salvador Illa, de que "en un día como hoy, aquellas personas que presenten síntomas no acudan a las manifestaciones, se dirijan a su domicilio y se autoaislen", pudieron con las gran movilización feminista en Asturias.

La manifestación había empezado una hora antes, a las cinco, aunque en realidad eran tres. Unas 6.000 personas salieron de la plaza de América y otras tantas lo hicieron desde la estación de Renfe, mientras que unas 3.000 partieron desde Víctor Chávarri. Cada una de las columnas tenía su propio mensaje: "Por las que faltan", "Por las que cuidan" y "Por las que vienen".

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Manifestación del 8 M por las calles de Oviedo

Los tiempos estaban perfectamente medidos para avanzar, parar, bailar y cantar con un único objetivo: confluir a las seis de la tarde en la plaza de La Escandalera. Y así fue.

La marea malva se hizo con el centro de la capital del Principado, y coreó cánticos como el ya conocido "sola y borracha quiero llegar a casa", o "de camino a casa quiero ser libre, no valiente". Por supuesto, el apoyo rotundo a las víctimas de las agresiones sexuales en grupo con el mensaje "tranquila, hermana, aquí está tu manada", y otro para que quedara más claro: "No es no, y sigue siendo no, ¿qué parte no entendiste, la n o la o?".

Algunas de las participantes también lucían camisetas con un recado para el que quisiera leer: "Porque quiero, porque puedo y porque me da la gana". No faltó el recuerdo para "las que ya no están", "las que ya no tienen voz".

Panderetas, una batucada y muchos, muchos eslóganes se habían repetido a lo largo del recorrido y continuaron escuchándose hasta llegar a la plaza de la catedral tras izar la bandera feminista en La Escandalera. Las miles de personas que quisieron acceder se fueron distribuyendo para atender la lectura del manifiesto, aunque también los hubo que se quedaron en el acceso por la calle de San Francisco. Mientras tanto, se cantaba y se escenificaba el "abajo el patriarcado, que va a caer, que va a caer; arriba el feminismo, que va a vencer, que va a vencer".

8M: Así sonó "El violador eres tú" en la plaza de la catedral de Oviedo

8M: Así sonó "El violador eres tú" en la plaza de la catedral de Oviedo

Las primeras palabras de las organizaciones feministas fueron para el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli (PP). "Aunque quiten bancos y pongan banderas, estas calles son nuestras calles. Somos miles de mujeres. Compañeras y hermanas, ¡volvimos a petarlo! Y en Oviedo" -el año pasado el 8M se había celebrado en Gijón-. También se lanzó una advertencia para quien "no se haya enterado. Tenemos un año por delante para seguir conquistando derechos".

"Hoy estamos aquí por las que faltan", aseguró Juana Violeta, encargada de leer la primera parte del manifiesto feminista. "Gritamos por las que ya no tienen voz, por ello queremos recordar especialmente a nuestra compañera asturiana Lorena Dacuña asesinada por su excompañero" hace unas semanas en Gijón.

Pero no se refería solo a las que han sido asesinadas por sus parejas o sus exparejas, sino también por aquellas mujeres que no pudieron acudir a la manifestación "porque están trabajando o cuidando; por las trabajadoras del hogar, muchas internas, migrantes y sin papeles ni contratos laborales; por las trabajadoras de hostelería; por todas las que están trabajando en los centros comerciales que abren un domingo o festivo (porque los domingos y festivos son para descansar), y por las que no pudieron llegar porque carecen de un transporte público digno y de calidad".

Otra de las razones que justifica participar en la movilización feminista es "reivindicar el derecho universal de todas las mujeres del mundo a decidir sobre su cuerpo y su vida sin coacciones, prohibiciones ni penalizaciones", y exigir educación sexual. También fueron múltiples las referencias al pin parental de Vox y a su presidente, Santiago Abascal, durante la manifestación.

Las pandereteras marcan el ritmo del 8M

Las pandereteras marcan el ritmo del 8M

Andrea Berrocal fue la encargada de reivindicar, como portavoz, "una ley efectiva contra la trata, y medidas para evitar que las mujeres más precarizadas se vean obligadas a ejercer la prostitución para subsistir". "Y vamos a reivindicar nuestros cuerpos, no solo porque no se tocan si no queremos, no se violan, y no se matan, sino porque nosotras también podemos usar nuestros cuerpos para defendernos". Durante su lectura del manifiesto feminista se refirió también al movimiento LGBTI y señaló que "la alianza (...) es innegable, y la conquista de derechos de unas, son una conquista de derechos para todas. En este camino nos van a encontrar".

Andrea, que padece diversidad funcional, denunció también "las dobles y triples violencias y discriminaciones" que sufren estas mujeres "en el acceso al empleo, con mayor brecha salarial y el triple de posibilidades de sufrir violencia de género".

Las reivindicaciones también fueron para las mujeres del campo asturiano, para todas aquellas que se encargan de los cuidados de los mayores y de los enfermos con trabajos precarios y mal pagados, y para las mujeres del mundo que se ven obligadas a pelear para salir adelante o emigrar. En definitiva, "por una sociedad justa, igualitaria y feminista para todas".

La marea malva ya tiene una nueva cita dentro de un año.