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"Tamos fartes ya", un "hit" para reivindicar

Las mujeres de "Les Pandereteres 8M" se organizan por las redes sociales para animar las movilizaciones feministas

Las pandereteras marcan el ritmo del 8M

Las pandereteras marcan el ritmo del 8M

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Las pandereteras marcan el ritmo del 8M A. DOMÍNGUEZ / M. G. SALAS / M. MARTÍNEZ

No pararon ni un momento. Ni siquiera cuando tuvieron que esperar, algunas durante mucho tiempo, a que las columnas que iban a confluir en la Escandalera salieran de la plaza de América, de la estación de Renfe y de Víctor Chávarri. Dicen que no pueden parar. Y debe de ser verdad, porque en cuanto unas paran, otras cogen el relevo. Pero lo habitual es que vayan todas a una. Son "Les Pandereteres 8M", y entonan una y otra vez su tema más popular, "Tamos fartes ya". Porque cantan y hablan en asturiano, que es "el idioma del país y con el que nos sentimos identificadas".

Eider Goñi, de Nava, explica que se juntaron por primera vez en 2018, "en aquella manifestación tan guapa", y eran como una treintena. Y a raíz de ahí, y ayudadas por las redes sociales, "sobre todo por Facebook", se formó el grupo de pandereteras, al que se fueron uniendo otras mujeres allegadas a las pioneras.

"Empezamos a escribir letras en asturiano, contando nuestras cosas, recuperando los sones tradiciones... Y así, por las redes sociales nos convocamos y vamos a las manifestaciones con nuestras canciones. A la del 8M y también a las del 25N", la que se celebra contra la violencia machista.

Enma Posada escucha a su compañera con atención, y con esfuerzo, porque mientras habla, por los altavoces de la plaza de la Catedral se escucha con potencia la voz de una de las organizadoras pidiendo a los asistentes que se vayan distribuyendo para que entre el mayor número de personas posible.

8M: Así sonó "El violador eres tú" en la plaza de la catedral de Oviedo

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"Nun Tamos Toes"

"También interpretamos canciones del grupo 'Nun Tamos Toes', que utiliza canciones tradicionales poniéndoles letras actuales, que digan cosas con las que nos sentimos identificadas. Y también de otras mujeres que cantan y nosotras lo traducimos al asturiano, porque es nuestra lengua y con la que nos identificamos", explican.

Ni Eider ni Enma son capaces de decir siquiera un número aproximado de participantes en la manifestación. Algunas integrantes de la organización calculan que pueden acudir todos los años entre 40 y 50, "pero cada año varía, porque se organizan por las redes sociales. En todo caso, cada año parece que son más", aseguran.

Aunque "Les Pandereteres 8M" hagan adaptaciones propias, tienen su propia canción, casi un himno, que es "Tamos fartes ya", que la van cantando de manera recurrente pero con gran éxito. "También utilizamos letras de otras mujeres que escriben cosas muy potentes, muy reivindicativas, como las del centro social La Simiente", aseguran Eider Goñi y Enma Posada antes de empuñar sus panderetas para volver a empezar mientras las organizadoras ultiman los preparativos para iniciar la lectura del manifiesto por el 8M. Y lo volverán a hacer cada vez que se diga algo que merezca un énfasis y un aplauso especial.

Más música: la batucada

Además de las pandereteras, ayer también puso ritmo a la manifestación del 8M una batucada, formada por una treintena de personas, la mayoría de ellas mujeres. Tocaron con ímpetu los tambores desde la plaza de América hasta la confluencia de las tres marchas, en la Escandalera. No hubo descanso para ellas. A su alrededor, la fiesta feminista estuvo asegurada. Las integrantes acompañaron por momentos sus golpes con cánticos, como "Salimos a la calle, vive libre, libre, sin temor".

La música se convirtió así en un ingrediente más de la gran manifestación feminista que ayer inundó las calles del centro de Oviedo. Un éxito, otro año más.

La historia de una mujer maltratada

Entre las más de 15.000 voces, femeninas en su mayoría, que ayer en Oviedo salieron a la calle hubo también víctimas de violencia de género, como Laura Ana Ventura Fernández. Es madrileña, pero hace trece años tuvo que instalarse en Asturias para poder, confiesa, "salvarme la vida". "Una jueza en Guadalajara me denegó una orden de protección a pesar de que el secretario del Juzgado de guardia le incautó (a su marido) un arma. Automáticamente, la Federación de Asociaciones de Separadas y Divorciadas me trasladó a Asturias. El Principado me otorgó todas las medidas de protección. Si no fuese por Asturias, quizá no estaría aquí hoy", relató con la voz temblorosa en plena marcha por la calle Uría. Ventura tiene 65 años, se acaba de jubilar y tiene cuatro hijas. "Ellas lo vivieron bien porque eran pequeñas. Un día las cogí y salí de casa, dispuesta a perder el trabajo y lo que fuera. He sido funcionaria y por primera vez la Administración permitió un traslado con carácter confidencial", contó.

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