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Cogersa debe plantar arbustos para reducir el impacto visual del recrecido del vertedero

Las obras de ampliación del basurero de Serín están cada vez más cerca, tras la publicación ayer de la declaración de impacto ambiental

El inicio de las obras para ampliar el vertedero de Serín está cada vez más cerca. La Consejería de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático publicó ayer en el "Boletín Oficial del Principado" (BOPA) la declaración de impacto ambiental del proyecto, uno de los últimos trámites que necesita Cogersa para acometer, tras años de debate, su recrecido. Asturias deberá cumplir trece medidas ambientales; entre ellas, no superar la altura máxima de 230 metros sobre el nivel de mar y plantar árboles para minimizar el impacto visual de los rellenos. Las palas empezarán a trabajar una vez que los concejos donde se ubica el basurero den su autorización.

Esta será la cuarta ampliación de las instalaciones desde su creación en 1983, pero la primera en la que los residuos superarán la altura natural del vaso. La ampliación de Cogersa no estuvo por ello exenta de polémica meses atrás: por un lado, los vecinos denuncian que las basuras estarán a 50 metros de sus casas, y por otro, los ecologistas tachan el proyecto de "chapuza".

Este "nuevo" vertedero, ubicado en la cabecera del valle de La Zoreda en las proximidades de la parroquia de Campañones (Corvera), estará destinado a almacenar más de 2 millones de metros cúbicos de residuos inertes. Según manifestó recientemente el gerente de Cogersa a LA NUEVA ESPAÑA, "la idea es tener capacidad hasta 2024". Pero, añade, "como cada vez esperamos meter menos basura, prevemos que la vida útil del vertedero sea mayor". De hecho, el objetivo es reducir el 70% de los desechos que llegan al vertedero. Actualmente se vierten al año unas 520.000 toneladas. La comunidad genera 626.300 toneladas, que poniendo un camión detrás de otro -tienen una capacidad de 20 toneladas- superaría en kilómetros la Autovía del Cantábrico a su paso por la región (de Castropol a Ribadedeva).

La declaración de impacto ambiental indica que el promotor del proyecto deberá garantizar, entre otras, las siguientes medidas: la cota máxima de vertido será de 230 metros sobre el nivel del mar; hay que fomentar la vegetación de porte arbóreo, incluyendo especies autóctonas como el aligustre y el laurel, para minimizar la visibilidad de los rellenos; prestar atención durante las obras a la calidad del aire y en particular a la emisión de partículas; realizar un estudio de fondo hidrogeológico que caracterice la calidad y propiedades del agua subterránea; y notificar todo efecto negativo significativo sobre el medio ambiente.

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