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Me quedo en el pueblo | Alea

Todo empezó en una maceta

Nieves Martínez, pedagoga y hostelera, regresó al hogar familiar tras el fallecimiento de su padre para dedicarse al cultivo de fisalis ecológicos

Todo empezó en una maceta

Quién le iba a decir a Nieves Martínez Iglesias que aquella conversación con una amiga que le habló sobre un fruto que le había salido de forma espontánea en una maceta sería crucial para determinar lo que hoy es su trabajo y su vida. Estudió Pedagogía con la idea de ejercer en el área social y con personas mayores, pero la vida la llevó a otros oficios, como a trabajar en hostelería para "ganar unas perrinas y sacarme el carné. "Mis padres se sacrificaron mucho para darme una carrera y ya estaba bien", cuenta. En ese sector conoció a su pareja, Alberto González, que es informático. "Yo tuve también una vinatería que cerré con la crisis de 2008. Abrimos un tiempo una tienda informática en Arriondas, pero la venta por internet nos pudo, como a todas las tiendas pequeñas", recuerda esta emprendedora, que el año pasado fue reconocida como "Mujer Rural del Oriente" 2019.

Su regreso definitivo al pueblo natal (Alea, en Ribadesella) vino motivado por el fallecimiento de su padre, que ella recuerda con emoción. "Su muerte fue para mí un palo muy grande. Al faltar él volvimos de forma definitiva a vivir en Alea, no quería que mi madre estuviera sola. Alberto y yo siempre estuvimos de acuerdo tanto en este regreso como en lo que íbamos a hacer aquí", afirma esta emprendedora, que aún recuerda cómo se convirtió en agricultora ecológica de fisalis. "Hace unos cuantos años una amiga se sorprendió con un fruto que le había salido en una maceta sin haberlo plantado. Era fisalis. Miró sus propiedades, me dijo que era un superalimento, sobre todo para las personas diabéticas, y fue así como se me ocurrió poner en marcha mi plantación en Alea", recuerda Nieves, que destaca que es rico en vitaminas C y A y acelera la excreción del ácido úrico. "Antes de ponerme con mi plantación consulté toda la información por internet y en libros y también hablando con Agustín Sierra, que tiene en Valdesoto otra plantación, pero en modo convencional. Esa planta a él se la trajo un hermano de Colombia, pero en estos años estoy descubriendo que se puede ver esta planta en zonas de la costa asturiana, donde existe desde hace muchos años".

El éxito de su plantación se debe también al lugar donde está ubicada, "una finca que alquilé a mi primo Valentín y que yo mantengo limpia. Cuando la cogí era todo matorral. En esta zona se da muy bien porque no le cogen las heladas. Yo tengo las plantas entutoradas, llegando a alcanzar 1,80 metros. Lo hago así para que no les afecte la humedad", matiza.

Así se convirtió en 2007 en agricultora ecológica de este fruto, que recoge de agosto a marzo y que este año le ha dado 800 kilos que una vez recogidos ya los tiene vendidos. Con el nombre Golden Berry Alea, ella misma lo distribuye, sin intermediarios, una labor con la que disfruta tanto como con el trabajo de la tierra. "Yo lo llevo tanto a tiendas convencionales como a las ecológicas. Además del fruto, también vendo mermelada de fisalis para los diabéticos y una especie de puré cítrico que gusta mucho. A mí me encanta el contacto con la gente. Voy a ampliar la plantación con una nueva finca y además estamos rehabilitando con cariño una casina que compramos para destinarla a agroturismo. No puedo estar más contenta", dice con una amplia sonrisa.

Cuando echa la vista atrás no cambiaría nada de lo hecho en estos años. "Para mí, esta vida que tengo hoy en el pueblo es la que quiero, no la cambio por nada. Ahora bien, hay que tener muy claro por qué y para qué te vas a un pueblo. Yo no le diría a nadie que vaya a la aventura, eso no. ¡Qué va! Le diría que se fuera al pueblo pero siempre sabiendo lo que quieres; eso es lo primero y luego a trabajar y para adelante", recalca.

Para Nieves Martínez la agricultura "está totalmente sin explotar en Asturias". Y lanza alguna clave al respecto: "Lo que tienes es que buscar la finca y las condiciones adecuadas para el cultivo que vayas a emprender. Y no me refiero a la moda que hubo en su día de los arándanos, sino a poner en marcha una huerta en ecológico... Hay demanda de estos productos".

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