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Javier de Montini: "Mi afición periodística despertó de niño, en los chigres"

El colungués, "Manzana de Oro" del Centro Asturiano de Madrid, fue colaborador de LA NUEVA ESPAÑA

Valentín Martínez-Otero, presidente del Centro Asturiano de Madrid, impone la "Manzana de Oro" de la entidad a Javier de Montini. F. R. GORENA

La pomarada de oro del Centro Asturiano de Madrid cuenta desde esta semana con un miembro más tras la concesión de la "Manzana de Oro", la distinción más importante de esta institución, al periodista Javier de Montini. El veterano informador de Colunga realizó sus primeros "pinitos" profesionales como colaborador de LA NUEVA ESPAÑA en los años 50 antes de trasladarse a Madrid para convertirse en uno de las primeras espadas del denominado periodismo del corazón.

Nacido en Carrandi (Colunga) en 1936, se inspiró en la sonoridad de esta parroquia para adoptar el "Montini" como seudónimo profesional en lugar del natalicio Enrique Suero. Allí vivió sus primeros años de vida, entre los manzanos que cuidaba su padre y los chigres, donde permanecía atento a las conversaciones de los mayores: "En los chigres despertó mi vocación periodística. Allí se hablaba y te enterabas de todo, de fútbol, funerales, chismes familiares? Utilicé los chigres como fuente de noticias incluso cuando empecé a trabajar profesionalmente", recuerda. Tras estudiar en Salamanca, empezó a colaborar en LA NUEVA ESPAÑA. Francisco Arias de Velasco, fundador de este periódico, le dio esta primera oportunidad: "Le guardo una gratitud inmensa al igual que a Juan Ramón Pérez-Las Clotas, que entonces era el director. He tenido la fortuna de tratar con grandes figuras del periodismo, pero del que más aprendí profesionalmente fue de Pérez-Las Clotas, que me dio a conocer las claves y secretos de la profesión que luego utilicé a lo largo de mi carrera".

En 1961 se trasladó a Madrid, "aunque no rompí con LA NUEVA ESPAÑA, que entonces contaba con las mejores firmas del país", y tras colaborar con varias agencias como SUNC y EFE, en 1972 inicia su relación con la revista "Lecturas". "Allí encontré mi sitio y allí está mi vida", recordaba emocionado. Con el paso del tiempo fue prosperando dentro del escalafón de "Lecturas" pero nunca a la forma de entender la profesión que aprendió en Asturias: "En Madrid cambiaba el escenario, pero no la forma de trabajar. "Nunca abandoné el reporterismo de calle porque el trato personal con los personajes es lo más importante. Aprendí que si trabajas y peleas por tus sueños, los acabas convirtiendo en realidad", concluyó, antes de compartir la concesión de la "Manzana de Oro" con su mujer y sus tres hijos, que le acompañaron en el acto, su familia, compañeros, lectores y "los personajes", apelativo con el que siempre se refiere a los protagonistas de la prensa rosa de la que ha sido maestro.

El periodista donostiarra José María de Juana hizo las veces del presentador de su compañero al que conoció hace 56 años, cuando trabajaba en "La Voz de Asturias" de Oviedo. "Éramos competencia pero nos respetábamos. Los periodistas de las dos redacciones solíamos come juntos en el bar La Copa de la calle Uría", recordaba el periodista donostiarra, que se trasladó años después Canarias "aunque siempre mantuve el amor por Asturias porque me identifiqué mucho con su gente". De Juana hizo un doble elogio de la asturianía y de profesionalidad de Montini: "Que un asturiano fuera el protagonista de una noticia le hacía levitar de emoción; para él, lo asturiano está por encima del bien y del mal. Montini trabajó el denominado periodismo de entretenimiento con seriedad, respetando a los personajes. Este periodismo serio prácticamente ha desaparecido; ahora es un periodismo de chisme, de enfrentamiento, insustancial y pagado. Los protagonistas son los famosillos de la telebasura. Montini siempre ha sido honesto a carta cabal, ha trabajado con respeto y ha sentido siempre a Asturias en su corazón", concluyó.

El acto de entrega de esta Manzana Oro quizá sea uno de los últimos que celebre en próximas fechas el Centro Asturiano de Madrid ya que su directiva estudia suspender todas las actividades socioculturales, como han hecho otras casas regionales de la capital, por la alerta ante el coronavirus. A pesar de estas prevenciones, el salón Príncipe de Asturias registró una alta ocupación en la entrega de la "Manzana de Oro" a Javier de Montini entro los que se encontraban, entre otros, sus nuevos compañeros de la pomarada dorada como el Padre Ángel, Rafael Lobeto Lobo o Manuel García Linares.

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