José Francisco Rodil Lombardía (Santa Eulalia de Oscos, 1953), periodista y escritor, con un extenso currículum que incluye haber dirigido la televisión de Galicia y el periódico "La Voz de Asturias", además de haber recibido el premio "Galicia" de Periodismo, presenta "La noche de las luminarias", su cuarto libro, ambientado en los años convulsos de la Segunda República y la Guerra Civil, en Lugo, los Oscos, Castropol y escenarios secundarios como Salamanca, México y las Cuencas. La presentación del libro en Asturias estaba prevista para ayer y fue pospuesta, como el resto de los actos del Club Prensa Asturiana previstos para los próximos días.

- ¿Qué cuenta en "La noche de las luminarias"?

-La novela está inspirada en un hecho real que yo había escuchado a mi padre, sin poner mucho interés, como suele suceder cuando eres joven. Cuando murió retomé la historia, aunque lamenté que él ya no estuviese para contarme cosas. Es un viaje en el tiempo con el protagonista, un chico de los Oscos, Andrés Vélez. No es una novela histórica, pero recrea hechos reales. El libro intenta ser un ejercicio de recuperación de la memoria histórica en los años de la Segunda República y la Guerra Civil. También es un relato de superación a lo largo de la vida del protagonista para conseguir la meta de ser maestro.

- ¿A los periodistas se les nota que lo son cuando escriben novelas?

-El periodismo no tiene nada que ver con la literatura de ficción, creativa e imaginativa. El periodismo siempre busca la verdad. Ahora bien, creo que para un periodista es mucho más fácil escribir que para una persona que se dedica a otra cosa. Aunque hagamos ficción, siempre buscamos acercarnos a la verdad.

- Está prejubilado de la Televisión de Galicia, sigue colaborando con artículos de opinión y vive en Santiago. ¿La ciudad le inspira para escribir?

-Santiago es especial, desde luego, y últimamente se ha convertido en plató de rodaje. También Oviedo es muy inspiradora. Me gusta involucrarme en la vida de la ciudad. Estoy en el coro de la Catedral y en la Asociación de Periodistas, de la que fui vicepresidente, formó parte de la Comisión de los Caminos de Santiago, encargada de fallar un premio anual que este año se entrega en Pamplona.

- Y ahora, con más tiempo, seguro que lee mucho...

-Me gusta mucho el francés Patrick Modiano, que escribe pequeñas novelas. También me interesan los autores hispanoamericanos, como Ernesto Sábato. Una novela con más de 400 páginas ya es un exceso, algo le sobra. También creo que con un buen editor no hay libro malo, yo he tenido mucha suerte con Cristian Velasco.

- Vivimos una situación nueva llena de incertidumbre. ¿Saldremos reforzados?

-Al principio de esta crisis del coronavirus veía con reticencia lo que se estaba haciendo. Empiezo a pensar que un punto de alarma no está mal. A pesar de que esta situación es un drama para las empresas y para los enfermos, nos va a asentar un poco y nos hará reflexionar.