"Que la Santina nos ayude en esta reconquista", suplicó esta mañana en arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, durante la misa que ofició en Covadonga, acompañado por otros cinco sacerdotes. Frente a la pandemia de coronavirus que azota al mundo "y nos sobrecoge", el prelado llamó a la esperanza: "El horizonte último es un horizonte de alegría".

Sanz Montes aprovechó su presencia en Covadonga, un "lugar emblemático" y "verdadero altar de Asturias y de toda España" para alabar la labor de quienes están en primera línea de lucha contra el virus. Citó a todos los integrantes de los equipos sanitarios, médicos, enfermeras, conductores de ambulancias, taxistas, fuerzas de seguridad y voluntarios. También para los sacerdotes y las monjas, que están "animando y visitando a los afectados". Y a los medios de comunicación y la "profesionalidad de los periodistas" para contar "la verdad frente a los bulos que nos contaminan".

Los oficiantes, entre los que se encontraba el abad de Covadonga, Adolfo Mariño, tuvieron un recuerdo especial al iniciar los oficios para quienes han contraído el virus y para quienes los están cuidando. El Arzobispo manifestó su emoción por la entrega de quienes libran "la batalla contra el virus ofreciendo lo mejor de sí mismos" y poniendo "en riesgo sus vidas".

Todos los presentes guardaron estrictamente las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Así, las monjas se colocaron una en cada banco y en zigzag, mientras que los sacerdotes guardaron entre sí la distancia recomendada. Solo durante la comunión se rompieron esas separaciones, aunque solo por un instante.

Sanz Montes concluyó la misa, en la que por la alerta sanitaria no pidió a los presentes que se dieran fraternalmente la paz, lanzando una súplica a la Santina: "Que ella nos ayude en esta reconquista".

Al oficio, celebrado en la santa cueva de Covadonga y retransmitido en directo por streaming por Youtube a través del canal del santuario, asistieron once monjas, un niño que hizo las veces de monaguillo y una voluntaria del santuario. A continuación de la misa se rezó el Ángelus y, para concluir, los presentes cantaron el himno a la Virgen de Covadonga.