La polémica entre ganaderos y veterinarios por la continuidad de la actividad, a pesar del estado de alarma por la propagación del coronavirus, parece tocar a su fin. Las asociaciones representativas del sector ganadero se resignan a "hacer sacrificios" y a reducir su actividad "a lo que se necesite para el abastecimiento", entendiendo que "lo primero" es "la salud de las personas".

Los puntos de fricción entre ambos gremios tenían que ver con la comercialización de terneros de corta edad. Por un lado, los ganaderos habían solicitado algún método no presencial para dar de alta a los animales recién nacidos y así sacarlos a la venta. Los veterinarios no lo veían prioritario y sí arriesgado, tanto para los propios ganaderos como para sus vecinos.

El paso siguiente, la apertura de mercados de ganado donde efectuar las transacciones, también generó polémica entre ambos sectores. Mientras los ganaderos defendieron que eran fundamentales para mantener el abastecimiento y no saturar las cuadras, los veterinarios los calificaron como un "grave riesgo para la salud" y apuntaron a la venta directa a matadero o a la paralización de la comercialización, "ya que estos terneros no entran en la cadena alimentaria hasta dentro de once meses".

Sin embargo, ahora, la perspectiva del sector ganadero parece haber cambiado. Mercedes Cruzado, del sindicato agrario COAG, deja la decisión de paralizar ciertas actividades, como los mercados, en manos de las autoridades sanitarias: "El problema viene sobre todo con los terneros pequeños. Como ganadera, por supuesto que me gustaría que siguieran saliendo, pero las decisiones las tendrá que tomar alguien que sepa de lo que habla". De esta manera, Cruzado acepta que "si seguir con la actividad es un riesgo para la gente de los pueblos, habrá que buscar fórmulas", que pasan por algo que ya están haciendo actualmente con el vacuno mayor y la leche: "Aquí vienen las grandes superficies directamente, cogen las vacas y para el matadero. No se cruzan ni al ganadero. Esto no se puede parar por abastecimiento", añade. La representante sindical acepta que "no hay problema en retener a los terneros recién nacidos", pero eso tendrá "un coste" y pide al Gobierno ayudas "cuando pase esto".

En la misma línea se pronuncia Ramón Artime, de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja). "Estamos atravesando una situación en la que lo primero es la salud de las personas. Si los terneros tardan tres semanas más en salir, se asume", subraya.

Artime apoya la venta directa a los mataderos, ya que "con eso se puede cubrir el abastecimiento", y asume que "hay que hacer sacrificios, como los está haciendo todo el mundo. Nadie se va a arruinar por tener un poco más de tiempo unos terneros", concluye. Sobre el registro de nacimientos, con las oficinas cerradas, señala que no será posible hasta que pase la cuarentena: "Tenemos que dar los datos por teléfono y recoger los crotales cuando pase esto", añade.