Escondían grandes cantidades cocaína en el casco de embarcaciones de gran calado, procedentes de Sudamérica, para introducirla en Europa. El complejo sistema de los respiraderos de los buques era la tapadera que utilizaba la red de "narcobuzos" que fue interceptada por agentes del Cuerpo Nacional de Policía en el puerto de Avilés en la madrugada del 12 al 13 de marzo pasados. La investigación, bautizada como "operación coral", desembocó en la detención de cuatro personas -dos fueron pillados in fraganti, cuando extraían la droga ocultada en los bajos de una embarcación mercante procedente de Perú-. Todos ellos han ingresado prisión. Entre los efectos que se les intervinieron destacan 72 kilogramos de cocaína, 2.200 euros, 2.300 dólares, documentación, dos vehículos de alta gama y diez teléfonos. Es la primera operación policial de este tipo realizada en España.

Los narcobuzos estudiaron durante varios días, en la dársena avilesina, la forma de llevar a cabo la extracción de sustancias estupefacientes de un barco que llegó procedente de Callao (Perú). La investigación comenzó a raíz de una alerta realizada sobre unos buzos profesionales que trabajaban al servicio de una organización de narcotraficantes colombiana.

Los submarinistas se dedicaban a la introducción y posterior retirada de la sustancia estupefaciente en embarcaciones de gran tonelaje. Para llevar a cabo todo el proceso, esperaban que los buques estuvieran atracados en los puertos de origen, se introducían en el agua con la sustancia estupefaciente y llegaban buceando hasta el barco. Una vez allí, abrían un hueco en la parte inferior del casco. De esta manera, impedían que los controles rutinarios pudieran detectar la presencia de cualquier sustancia. Posteriormente, salían a tierra sin ser detectados. Y una vez que la embarcación zarpaba hacia su destino, los "narcobuzos" se trasladaban a Europa, y realizaban la operación a la inversa. Al llegar el barco a Avilés, se activaron para recuperar el estupefaciente. Aprovecharon la noche, salieron en coche y se dirigieron hasta un aparcamiento del puerto, donde tres de ellos se escondieron entre los matorrales de la playa. El conductor volvió y cambió de vehículo. Cuando se introdujeron en el agua, un equipo especializado en actuaciones acuáticas interceptó a los dos narcosubmarinistas mientras trataban de sacar la droga del casco del buque.

Entre tanto, el dispositivo policial en tierra detuvo al conductor que les esperaba. Además, los agentes arrestaron a un cuarto individuo, que trató de darse a la fuga embistiendo un vehículo camuflado de la Policía Nacional.