Noreña y Pravia contaron ayer con unos visitantes inesperados que se saltaron la cuarentena por la propagación del coronavirus. No iban erguidos ni bípedos. Con la tripa casi a ras de suelo y desplazándose sobre las cuatro patas, dos grandes grupos de jabalíes se pasearon por ambos concejos.

Especialmente numeroso fue el grupo que tomó a plena luz del día una plantación de kiwis en Peñaullán (Pravia), donde los suidos causaron daños aún por cuantificar. En el vídeo filmado por un vecino se aprecia cómo más de una decena de grandes jabalíes campan a sus anchas por la finca, acompañados de otros tantos pequeños especímenes.

En Noreña, los visitantes optaron por disfrutar de una perspectiva más urbana, paseándose por pleno centro de la Villa Condal. En concreto, recorrieron las inmediaciones de la Torre del reloj, y la Sala Polivalente y alcanzaron la plaza de la Cruz, a través del callejón donde el bar "El Retiro" permanecía, obviamente, cerrado.

Su presencia en zonas céntricas de la localidad es ciertamente novedosa. Los avistamientos de jabalíes en Noreña son habituales, pero más bien en las proximidades del río Nora, a la entrada de la localidad y junto a una urbanización con parque. De hecho, algunos vecinos se quejaron en los últimos meses al ver destrozados sus cultivos ubicados en los huertos urbanos municipales de la zona de Los Riegos. No es ni mucho menos habitual, no obstante, que estos visitantes inesperados pero de presencia cada vez más frecuente en la Asturias urbana paseen con tanta libertad por el centro de Noreña. Las imágenes grabadas por los vecinos se unen a otras presencias animales detectadas a raíz del vacío de las calles en pleno confinamiento por la crisis del COVID-19. Los vecinos de Ventanueva, en Cangas del Narcea, grabaron la semana pasada a un oso merodeando a sus anchas por las calles del pueblo. Aún es pronto para hablar de tendencias Biólogos consultados por este periódico evaluaron como meras anécdotas estos casos detectados después de apenas dos semanas de borrado de la presencia humana en las calles. Sí admiten que la súbita desaparición de la gente está dando un respiro a determinadas especies animales, entre ellas los jabalíes, pero también al el zorro, el erizo o algunas más pequeñas, como las del caracol, la lagartija, la rana.