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Llevar a especialistas a las aulas, clave para enganchar a las niñas a la ciencia

"Las chicas no pueden querer ser lo que no ven", dicen las impulsoras de un proyecto que permitió a expertas dar clase en doce colegios asturianos

Por la izquierda, Beatriz Remeseiro, María Valvidares (directora del área de responsabilidad social, apoyo a la inclusión e igualdad de la Universidad), Sonia Puente, Feli Álvarez (directora del colegio San Pedro de los Arcos) y Nieves García, con los alumnos que participaron en el proyecto "Inspira Steam". I. C.

En el colegio ovetense de San Pedro de los Arcos, las niñas de sexto de Primaria -antes de que estallase la pandemia del coronavirus- reciben a la arquitecta Sonia Puente Landázuri como si fuese una famosa. "¡Es Sonia, es Sonia!", grita una decena de alumnas, que saltan de la emoción, la abrazan y la atiborran a besos. La reacción tiene su explicación: Puente es una de las once mentoras de "Inspira Steam", un proyecto pionero del País Vasco para fomentar las vocaciones científico-tecnológicas entre las chicas y romper estereotipos. Este curso se aplicó por primera vez en doce centros de Asturias gracias a la Universidad de Oviedo. Y el próximo curso volverá a aplicarse.

Su impulsora en la región, la ingeniera informática Beatriz Remeseiro, defiende que las niñas "no pueden querer ser lo que no ven" y, por eso, aboga por acercar a las aulas referentes femeninos de áreas como la arquitectura, las artes plásticas, la biología, las ciencias de la salud o la ingeniería. La iniciativa funciona. La arquitecta urbanista Sonia Puente asegura que, tras seis sesiones, a las estudiantes "se les abrió el abanico de profesiones, no solo hacia carreras técnicas, sino también hacia oficios masculinizados".

"De la primera clase a la última, muchas cambiaron de parecer sobre lo que querían ser de mayores", afirma la gijonesa. Y no solo eso: la formación también sirvió, apunta la profesora del colegio San Pedro de los Arcos Nieves García, para que ellas ganaran voz en el aula. "Las niñas normalmente se sienten más intimidadas que los niños, no participan tanto. Y en este curso era todavía más cantoso, pese a ser en número ellas muchas más que ellos. Con el proyecto mejoraron mucho", señala.

"Inspira Steam" fue desarrollado por expertos de la Universidad de Deusto y, en la actualidad, además de en el País Vasco, se aplica en centros de Galicia, Cataluña, Madrid, Andalucía y Murcia. "Me enteré que se estaba poniendo en marcha en Galicia y contacté con Deusto para sumarme pensando que ya se desarrollaba en Asturias. Y me encontré con que no, que era la primera de la región", explica Remeseiro, doctora de Ingeniería Informática y profesora de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. No se lo pensó dos veces: implantar el proyecto en el Principado "era una necesidad".

"En mi día a día son todos chicos. Y durante la carrera, las mujeres representábamos menos del 20% del alumnado. Se necesita visibilidad y referentes cercanos", opina Remeseiro. El informe "Asturias 4STEAM", elaborado por la empresa Valnalón para la Consejería de Ciencia, advierte de que en los grados de Ingeniería solo el 26% de los alumnos son mujeres.

La iniciativa vasca trata de combatir estas cifras formando a las niñas desde edades tempranas. En concreto, en sexto de Primaria. La metodología es la siguiente: la primera y la última sesión es conjunta (es decir, niños y niñas), mientras que las restantes (cuatro) se imparten por separado. ¿Y por qué? Porque Deusto, tras años de aplicación en colegios, ha llegado a la conclusión de que la "realidad de niños y niñas es diferente" y que es más beneficioso separar los grupos. Durante las clases, los mentores les ponen vídeos, hacen lecturas, realizan juegos, debaten sobre las profesiones... Y todo ello con la mujer como protagonista. "Lo que vemos es que ni los propios alumnos se dan cuenta de los estereotipos que aplican. Mismamente si les mandamos escribir en la pizarra las profesiones ya las ponen en masculino o femenino", dice Remeseiro.

El proyecto arrancó en septiembre en doce colegios, tanto del centro de Asturias como de la zona rural -en concreto de Oviedo, Gijón, Avilés, Corvera, Llanera y Lena-, y la idea es que el próximo curso crezca. "Recibimos muchas más solicitudes de colegios, pero desde Deusto nos aconsejaron empezar con una prueba piloto. Una vez visto el éxito, queremos el próximo mes de septiembre llegar a más centros y contar con más mentoras. Nos interesan sobre todo mujeres y lo mismo nos da que sean de la Universidad o fuera de ella", abunda Remeseiro.

Covadonga Huidobro, investigadora en el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado, es una de las actuales: "Estuve en el colegio de Cabañaquinta y la actividad fue muy efectiva porque eran ocho alumnas. Al ser un grupo tan reducido, había una interacción mayor". En total en clase eran 16 niños. "Al principio, los críos tenían menos miedo a participar, pero al final de las sesiones ellas colaboraban más. Este tipo de programas es muy importante y, sobre todo, en zonas como las Cuencas, donde la mayoría de los padres son mineros y las madres se dedicaban al hogar", apunta. También tuvieron una experiencia "muy positiva" en el colegio Francisco Fernández, de Cancienes. "Gracias al proyecto, las estudiantes pudieron conocer profesiones Steam desconocidas para ellas y dar portazo a los estereotipos", comenta la profesora del centro Tania González. La formación la recibieron un total de 25 alumnos (26 niñas y 9 niños) de quinto y sexto de Primaria y la ingeniera Beatriz Remeseiro fue la mentora.

Las protagonistas de "Inspira Steam", las alumnas, están encantadas con la iniciativa, que fue desarrollada a través de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) y la Unidad de Igualdad de la Universidad. "Escribíamos en una libretita lo que se nos daba bien y salíamos a demostrarlo", cuenta Umelkaiz Abdersahamane. "También leímos un libro en el que veíamos cómo unas chicas cambiaron el mundo", apunta Narma Martínez. "Nos dieron unas cartas de científicas y tuvimos que dibujarlas", completa su compañero Soufian Chafk.

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