La Policía Nacional detuvo ayer a un vecino de 62 años del barrio gijonés de Jove que se había atrincherado en su domicilio con una escopeta recortada y amenazaba a su mujer y a sus tres hijos con suicidarse. La operación, que duró cerca de una hora y se saldó sin heridos, finalizó cuando varios agentes redujeron al varón tras haber entrado por la parte trasera de la vivienda, un chalet unifamiliar situado en el camino de La Candasina, mientras otros le entretenían por la parte delantera. El varón fue trasladado al área psiquiátrica del Hospital de Jove para evaluar si sufrió algún tipo de brote. Los agentes, además de la recortada con la que amenazaba con pegarse un tiro, incautaron dentro de la vivienda otras dos escopetas de mayor tamaño.

El camino de La Candasina, el lugar del suceso, es una vía estrecha prácticamente rural con unas cuantas residencias unifamiliares y varios solares sin identificar. A pesar de no ser una zona populosa y del confinamiento decretado en todo país por la pandemia de coronavirus, la operación de la Policía generó mucho revuelo en la zona. Varios vecinos escucharon la discusión de la pareja, que, según explicaron, lleva ya varios años residiendo en esa zona del barrio de Jove, tienen tres hijos, dos varones y una mujer que sería menor edad. "No es la primera vez que discuten. Se insultaban en portugués y ella lloraba. Tenemos miedo de que pase algo", aseguró una vecina.

Fue precisamente la mujer del matrimonio la que alertó a la Policía Nacional de que su marido se encontraba fuera de sí y en actitud muy violenta. Varias patrullas, los residentes contaron al menos cinco, además de una UVI Móvil se desplazaron al camino de La Candasina. Una vez ese lugar comprobaron que la mujer y los tres hijos de la pareja ya habían logrado salir sanos y salvos de la vivienda mientras que el varón, nacido en el año 1958, permanecía dentro de la casa con claras intenciones autolíticas. Estaba atrincherado con una recortada y amenazaba con pegarse un tiro.

Los agentes iniciaron una negociación que, según los testigos, duró cerca de una hora para convencer al varón de que depusiera las armas, sin éxito. Por ello, al tiempo que unos agentes mantenían la charla otros entraron por la parte trasera de la vivienda. Una vez dentro, lograron inmovilizar al sujeto y arrebatarle la recortada.

En la inspección domicilio, que tiene varias plantas y un amplio jardín, la Policía Nacional localizó otras dos escopetas revestidas de madera y metal y de un tamaño considerablemente mayor que la recortada que portaba el detenido con la que se hizo fuerte en su hogar y con la que amenazaba a su mujer y a sus tres hijos con descerrajarse un tiro. Una vez desarmado, el hombre fue trasladado al Hospital de Jove para determinar si sufrió algún tipo de brote. La investigación sigue abierta y corre a cargo de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM).