El año 2019 tuvo en Asturias en el plano turístico una de sus mejores Semana Santa de la historia. Fue "un bombazo", titulamos entonces. Con los hoteles llenos, las procesiones colmadas de público, gran ambiente en la calle y casi mejor en las zonas de naturaleza. Un año después esa fotografía panorámica es bien distinta. Sólo muestra rincones vacíos, desde Oriente a Occidente, desde la costa hasta el interior.
La población está confinada en sus casas y los visitantes están advertidos: no es momento para viajar, ni para recurrir a segundas residencias, ni para conocer pueblos con encanto. El choque entre esas dos realidades tiene reflejo fotográfico. El que demuestra que donde hace un año había gentío ahora solo hay vacío. Y ahí está la prueba: en la plaza de la Catedral de Oviedo, en el Muro de San Lorenzo, en la explanada de la iglesia de San Nicolás de Avilés, en el puente de Cangas de Onís, en Fuentes de Invierno o en Covadonga. Y este que sigue es el reportaje fotográfico de cuánto puede cambiar la vida en un año. Sobre todo si por llega y arrasa un coronavirus, como en este caso.
Oviedo (Fotografías de Julián Rus)
Gijón (Fotografías de Julián Rus)
Avilés (Fotografía de Ricardo Solís)
Salinas (Fotografía de Mara Villamuza)
Pola de Siero (Fotografía de Miki López)
Cangas de Onís (Irma Collín)
Fuentes de Invierno (Fotografía de Juan Plaza)
