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Fallece Saturnino Rodríguez, ingeniero y gestor clave para el litoral regional

Asturiano de raíces y convicción, diseñó el faro de Lastres y dirigió la reforma del paseo de Salinas y la creación de la playa de Poniente

Saturnino Rodríguez, en su despacho de la Demarcación de Costas.

El ingeniero Saturnino Rodríguez, que durante los años ochenta y hasta mediados de los noventa ostentó el cargo de jefe de Señales Marítimas de Asturias en la Demarcación de Costas, falleció el pasado domingo en su casa de Oviedo a los 82 años. Nació en Madrid en 1937, pero sus raíces familiares están en Asturias, en el concejo de Cangas del Narcea, de donde habían emigrado sus padres a la capital en busca de un futuro mejor.

A pesar de criarse en Madrid, Asturias siempre pesó mucho en las decisiones de Saturnino Rodríguez, por el cariño que tenía a la que era la tierra de sus padres, hasta el punto de dirigir su carrera profesional a conseguir instalarse en la región, algo que consigue en 1981 al lograr una plaza en la Demarcación de Costas de Asturias, donde se jubilaría en 2007, ya con 70 años.

"Mi padre tiene sangre asturiana por todos lados y se sintió asturiano siempre, aunque nació en Madrid, por eso su carrera profesional fue encaminada a instalarse en Asturias", explica su hijo Miguel Ángel Rodríguez Vacelar.

Desde que llegó a Asturias y hasta mediados de los años noventa, dirigió y coordinó todos los faros que había en la región como jefe de Señales Marítimas de Asturias, hasta que la competencia de este servicio se transfirió al Principado. Durante ese periodo también diseñó y edificó el último faro que se construyó en el litoral asturiano, el de Lastres. Una obra de la que su familia asegura que se sentía muy orgulloso, más aún cuando una vez jubilado vio cómo se hacía famoso gracias a la serie de televisión "Doctor Mateo".

Además, con su trabajo en la Demarcación de Costas contribuyó a la remodelación de la costa asturiana bajo la dirección del ingeniero Alejandro Checa Ladrón, que falleció en 2011. Entre lo más destacado de su trabajo, la remodelación integral del paseo marítimo de Salinas y la creación de la playa de Poniente de Gijón, dos obras dirigidas por él mismo.

Tras su larga trayectoria de 26 años dedicado al litoral asturiano, Saturnino Rodríguez era una persona muy conocida y "muy querida" en Demarcación de Costas, incide su hijo. "Mi padre era muy religioso y no pudimos ni organizar nada en el tanatorio, ni hacer un funeral", lamenta por el estado de alarma, aunque asegura que cuando esté permitido se celebrará un funeral en memoria de su padre en Oviedo, para que la familia -Saturnino Rodríguez deja dos hijos y tres nietos- y amigos puedan despedirlo. Ayer solo pudieron hacer una pequeña despedida al depositar las cenizas en el panteón familiar del cementerio sacramental de San Justo de Madrid, en el que se ofició un responso al que tan solo pudieron asistir tres personas.

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