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Dropsens desarrollará la nueva plataforma software del grupo Metrohm

La firma asturiana amplía su equipo para mejorar los sistemas del gigante suizo de análisis químico

Mientras miles de asturianos pierden su empleo o temen perderlo en los próximos meses por culpa de la pandemia, Dropsens, una de las empresas a la cabeza de la innovación en la región, busca veinte talentos para desarrollar la nueva plataforma de software de Metrohm, el grupo suizo que controla el 90 por ciento de las acciones de la firma asturiana, dedicada a la construcción de sensores miniaturizados e instrumentación electroquímica portátil. "Queremos hacer dos equipos de diez personas, ingenieros informáticos con conocimientos de inglés y experiencia, pero hay que cubrir diferentes roles, existen 7 u 8 perfiles diferentes", apunta Pablo Fanjul, uno de los fundadores de Dropsens.

Asturias, la matriz suiza y Bratislava componen las tres patas de la división software de Metrohm, que se pretendía reforzar para acelerar unos procesos que suelen ir por detrás de los de hardware. Dropsens, asentada desde hace unos meses en el Vivero de Ciencias de la Salud de La Corredoria, presentó la candidatura interna y hace un par de semanas que le fue concedido, superando a la capital eslovaca. Actualmente la compañía asturiana emplea a 22 personas, que trabajan en sensores como los que utilizan los diabéticos o los usados para medir muestras medioambientales o alimentarias. El equipo se ampliará en 20 personas con contratos indefinidos, para un proyecto a largo plazo.

¿Cómo puede ser que una empresa acelere sus planes de expansión a las puertas de una crisis económica mundial de dimensiones desconocidas? Pablo Fanjul explica que la empresa pertenece a una fundación sin ánimo de lucro, por lo que no cotiza en bolsa ni reparte dividendos. "Nació en el 43, ha pasado por muchas crisis y situaciones de todo tipo, y tenemos visión de aquí a cincuenta años. Así visto, egoístamente es un buen momento para expandirse", comenta Fanjul.

La actividad de Dropsens no se ha visto afectada por el estado de alarma, al quedar incluida en el listado de servicios esenciales por su participación en dispositivos médicos. "Tenemos bastantes clientes a nivel mundial que trabajan en diagnóstico de coronavirus", apunta el fundador de la firma asturiana. Solamente ha modificado el calendario de trabajo de los laboratorios para que entre una persona de cada vez. Dropsens, que germinó en la facultad de Química de la Universidad de Oviedo auspiciada por el fallecido catedrático Agustín Costa, se creó en 2006 para desarrollar sensores e instrumentación para análisis químicos. En 2012 se produjo la entrada como socio minoritario del grupo Metrohm, que en 2017 se hizo con el control, aunque mantuvo a los gestores asturianos. La empresa suiza, con implantación en 28 países, tiene 2.800 empleados y factura anualmente cerca de 450 millones de euros.

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