Dice un refrán popular que a veces la suerte de la fea la guapa la desea. Y algo así debe pasar en el mundo de la hostelería. A lo largo de los últimos meses hosteleros de toda España se han quejado de la importancia cada vez mayor que adquieren páginas web como Tripadvisor, se trata de foros en los que los clientes dejan sus opiniones sobre los locales que visitan. Evidentemente el “boca a boca” de los comercios se ha sustituido a día de hoy por este tipo de plataformas. Pero no es oro todo lo que reluce.

Muchos hosteleros y hoteleros que en su día a día se ven afectados por la proliferación de este tipo de páginas web aseguran que hay que tener mucho cuidado con lo que ahí se dice. “No te piden nada para dejar una opinión. Puedes ser un cliente o puedes ser alguien que en lo personal se lleva mal conmigo y que nunca ha venido a comer y sin embargo se inventa algo para hacer daño”, asegura sin querer dar su nombre una hostelera de Gijón que ha sufrido en sus propias carnes la cara y la cruz de este tipo de webs.

Durante meses su restaurante fue el más valorado de Asturias. Y eso supuso, evidentemente, que subieran sus clientes. Pero también las envidias y quién acudía a su local pensando que iba a encontrar un restaurante Estrella Michelin. “La verdad es que es una presión tremenda y te genera muchos enemigos, es casi mejor estar en un segundo o un tercer puesto”, afirma.

Pero ¿cuál es la solución para que este foro diga la verdad? Hay quién dice que se podría arbitrar unas normas para que, por ejemplo, los clientes tuvieran que demostrar de alguna manera que estuvieron en el establecimiento por ejemplo con una factura o con algún tipo de ticket.

Lo cierto es que ahora durante el confinamiento también hay mucha gente que busca en la web algún que otro restaurante para hacerse a la idea de lo que pueda probar una vez que acabe todo esto y que se derogue el estado de alarma que por el momento nos obliga a todos a permanecer dentro de nuestras casas y que no permite que hagamos una vida social normal ni consumamos en los bares a los que hasta ahora estábamos acostumbrados.