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Asturias se toma el último vermú confinada en casa

Los asturianos celebran su último aperitivo festivo encerrados en casa antes de que reabra la hostelería: "Ya había limpiado la bodega"

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Último vermú confinados en casa

El vermú de terraza, en la de casa, pasó a mejor vida. Aunque se espera que ahora resucite en otra, la de los bares. "No estaba muerto, estaba de parranda". Y es que la desescalada, con la entrada en la Fase 1 en Asturias, se va a cobrar su primera víctima, la media mañana de tintos en domicilio. Permitiendo que los asturianos puedan salir a las mesas exteriores de sus parroquias hosteleras favoritas, siempre guardando la distancia de seguridad para evitar contagiarse del covid-19.

Había que darle un último adiós, con música solemne -como de misa- y algunos lo agradecían. Que se lo digan al poleso Álvaro Zapico: "Ya me estaba quedando sin existencias de sidra, limpié la bodega", apostilla. Él, en su casa de Siero, ha mantenido fidelidad absoluta a la salida de mediodía al "barcon", cada sábado y domingo: "Me mantuve muy activo, en contacto con la familia y apuntándome a las convocatorias lúdicas para festejar de forma virtual desde casa", asegura.

Su empeño en festejar, "dentro de la moderación", ha llegado a tener premio. "Gané una espicha de sidra Trabanco por subir una foto escanciando. De momento no tengo prisa para cobrarla", dice risueño. Ahora acaba de escanciar su último culete en casa, con un día un poco desapacible y sin la pompa que suele acompañar a su ritual embriagador.

En Oviedo, sí que se vistieron de domingo para rendir despedida. En casa, dos farmacéuticas, Zoraida Junquera y su hija Zoraida Mier, servían el vermú -sin receta- en el vaso del veterinario José María Mier. Un traguito, visto bueno y felicidad familiar. La de tener a la hija en casa durante un tiempo, aunque sea a raíz de la alarma por el covid-19: "He tenido que volver a casa al suspender las clases de mi máster en Granada. Aunque mis padres trabajan, sacamos tiempo para pasar juntos", relata la joven de la casa.

En estas semanas de encierro forzoso, reconocen no haber "perdido las buenas costumbres", convirtiendo su terraza en un bar de los buenos, de los que ponen tapa: "Nos servimos cada vez un pincho distinto", explican. En Gijón, si el final sonó a requiem, lo hizo a través de Radio Kras, emisora que animó los vermús del largo confinamiento. Durante ocho domingos consecutivos mantuvieron su programa "el vermutín", con un balance muy positivo y ahora pretenden organizar una sesión vermú en directo.

Además de música, en Gijón también hubo flores. Las recogió José Antonio Sánchez, un vecino de El Coto, que se ha dedicado a amenizar los vermús en casa que, ahora, tocan a su fin y que lo hacen con una solemne despedida.

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