Maamar Kelii, el argelino investigado como uno de los dos sicarios que asesinaron al concejal de IU en Llanes Javier Ardines, ya está en Asturias. La Guardia Civil ha recogido al principal sospechoso del crimen en Madrid, adonde llegó en avión procedente de Ginebra, desde allí viajó custodiado por la Benemérita con destino a Llanes. Está previsto que pase la noche en el cuartel de la localidad asturiana y que mañana pase a disposición judicial.

La decisión la adoptó y comunicó esta semana a las partes la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Llanes. La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil se hizo cargo de la custodia del investigado, desde su entrega en el aeropuerto de Ginebra hasta que comparezca en el juzgado y la magistrada decida si ingresa en prisión preventiva, situación en la que están los otros tres acusados por el crimen.

VÍDEO: El argelino acusado de participar en el asesinato de Javier Ardines llega a España y pasará el jueves a disposición judicial

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Por el asesinato de Ardines fue detenido el 19 de febrero de 2019 en su vivienda de Amorebieta (Vizcaya) Pedro L.N.A., amigo personal del concejal, como supuesto inductor al encargar presuntamente el crimen a dos sicarios no profesionales movido por los celos ante sus sospechas sobre una posible relación entre su mujer y el edil.

El mismo día también fueron detenidos en Vizcaya uno de los dos supuestos sicarios, D.B., de nacionalidad argelina al igual que el que se encuentra en Suiza, y J.M.B., que según los investigadores pudo servir de enlace entre el inductor y los autores materiales.

En su declaración ante la jueza, D.B. afirmó que el inductor les pagó a él y al otro supuesto autor material 25.000 euros y al mediador otros 10.000.

Según los investigadores, el presunto inductor planeó con tiempo y detalle el asesinato del que fuera su amigo movido por los celos.

Ardines, que había renunciado a su sueldo de concejal y se ganaba la vida como patrón de barco, tenía unas rutinas y unos horarios que hacían fácil calcular sus movimientos puesto que salía a diario sobre las 6:30 horas a faenar con su embarcación "Bramadoria" antes de atender a sus responsabilidades municipales.

Algunos días antes de su asesinato, el concejal, de 52 años, casado y padre de dos hijos, comentó a su entorno algo que le había llamado la atención, el hecho de que encontrara unas vallas puestas en el camino rural por el que circulaba todas las mañanas.

En aquella ocasión, Ardines decidió bajar del coche para retirar las vallas y continuar su recorrido hasta el puerto de Llanes sin más incidencia, pero el 16 de agosto tres vallas de obra volvían a bloquearle el paso y, cuando se bajó de la furgoneta con el motor aún en marcha para retirarlas, fue sorprendido por sus asesinos.

La autopsia reveló que el concejal murió de varios golpes en la cabeza y nuca con un objeto contundente de forma que sólo pudo moverse unos metros antes de caer desplomado donde poco después fue encontrado fallecido por un vecino.