El sector de la sidra asturiana, uno de los más perjudicados por la crisis sanitaria del covid-19, expuso ayer al consejero de Desarrollo Rural, Alejandro Calvo, la situación crítica que atraviesan los lagares de la región acogidos a la marca de calidad "Sidra de Asturias".

En la reunión del Consejero y los representantes del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegido, analizaron y actualizaron datos sobre el impacto de la crisis en el sector y avanzaron la posibilidad de establecer medidas de apoyo complementarias que permitan a los lagares gestionar su stock para que la próxima campaña toda la manzana de Asturias pueda cosecharse con normalidad.

También han compartido las distintas iniciativas de la DOP de apoyo al consumo de sidra, como la campaña viral #levantalasidra o los vasos con código de color diferenciado, en colaboración con Alimentos del Paraíso.

Al encuentro asistieron, por parte del Consejo Regulador, su presidente, Celestino Cortina, y la vicepresidenta y el gerente del consejo regulador de la DOP, Belén García y Daniel Ruiz, respectivamente. También estuvo presente la directora general de Desarrollo Rural e Industrias Agrarias, Begoña López.

La crisis del coronavirus paralizó las ventas del sector de la sidra en Asturias, que en su mayoría van destinadas al sector hostelero. Los productores advierten del importante impacto económico de la pandemia. La mayor parte de los lagares se han adherido a ERTE por fuerza mayor para evitar los despidos. Con el cierre de los establecimientos hosteleros debido a la crisis del coronavirus, el sector sidrero asturiano perdió a su principal cliente.

A la preocupación por la parte económica, se suma la sanitaria: las empresas del sector están poniendo todos los medios a su alcance para evitar contagios dentro de sus instalaciones y mantener la actividad del modo más seguro.

El sector también ha sufrido el parón de las exportaciones a países europeos y a Estados Unidos, aunque las ha mantenido a América Latina.