Casi dos años después de que Javier Ardines fuera asesinado a escasos metros de su domicilio de Belmonte de Pría, en Llanes, el caso aún sigue abierto y los criminales que, según las investigaciones, lo perpetraron aún no han sido juzgados porque, pese a la insistencia del Juzgado llanisco, uno de los presuntos autores no fue extraditado por las autoridades suizas hasta el pasado miércoles. Al país helvético había huido tras el suceso de Llanes, y allí cumplió una condena de quince meses por un delito de tráfico de drogas y lesiones.

Ahora todos los procesados están ya en prisión provisional, comunicada y sin fianza, después de que una intensa y concienzuda investigación policial dedujera, seis meses después de haberlo cometido, que cuatro personas habían participado en el crimen: un inductor, un enlace y dos autores materiales.

El primero en entrar en la cárcel fue el presunto cerebro del delito, Pedro Luis Nieva Abaigar, que supuestamente encargó el crimen a dos sicarios movido por los celos, al mantener su mujer una relación con el edil llanisco. Habría pagado 25.000 euros para ejecutar el plan. Una parte fue a parar al intermediario, Jesús M. B., "Chus", que fue detenido en Vizcaya. El resto iría para los dos presuntos sicarios. Uno de ellos, Djelali Benatia, fue detenido en el País Vasco y declaró que quien mató a Ardines fue Maamar Kelii.