Según han explicado tanto la consejera de Educación, Cármen Suárez, como la directora general de Planificación e Infraestructuras Educativas, Ana Isabel López, en la reunión celebrada hoy con responsables de la comisión de educación de la FACC se ha acordado no forzar la reapertura de los centros. "No sé si nos equivocaremos o no, pero lo vemos así", ha dicho la consejera.
La normativa nacional de aplicación posible para la gestión de este tiempo de pandemia deja la posibilidad de que, para beneficiar a las familias -sobre todo aquellas en las que trabajan los dos progenitores o son faminias monoparentales- se pueda retomar la actividad en estas escuelas de bebés en la segunda fase de la desescalada, es decir, la próxima semana. Sin embargo desde la Consejería de Educación trasladan la conveniencia de que se deben evitar los riesgos de una apertura acelerada: "hay consenso en retrasar hasta septiembre esa apertura de centros cuya gestión depende de los Ayuntamientos".
La consejería se ha comprometido a remitir a la comisión de educación de la FACC un borrador de protocolo que supervisará la Consejería de Salud y que guiará las condiciones para abrir este ciclo de educación no obligatoria el próximo curso en condiciones de seguridad.