Más salmones que pescadores en los ríos para estrenar una atípica campaña en Asturias, muy esperada al empezar con retraso debido a la crisis sanitaria, que ha sembrado las riberas de mascarillas y ha obligado a los aficionados a guardar distancias entre sí. El retraso -de algo más de un mes- ha propiciado que haya muchos ejemplares por los pozos y, por tanto, que en la jornada inaugural se capturasen hasta tres campanos -el del Narcea, también de Asturias al ser el primero, el del Sella y el del Cares- y muchos más peces. Pero las cañas eran escasas: muchos pescadores son foráneos y no pueden viajar a la región pese a tener coto reservado.

Fue además el de ayer un trío de campanos peculiar, cada uno con su singularidad: con mucha vista el del Narcea, un regalo de cumpleaños el del Sella y todo un gigante el del Cares.

El ovetense Íñigo Justo Fernández Amantegui se hizo con el codiciado primer ejemplar de la temporada en Asturias. Pesó 5,305 kilos, con 76 centímetros largo. Tuvo buen ojo para echarlo a tierra bien temprano en el coto parcial El Güeyu (Narcea), en Pravia. Se da la casualidad de que el pescador tenía ayer cita para operarse de un ojo, una intervención que canceló para ir al río. Una decisión con mucha vista, celebró con humor. "Para mí hoy es el día de la gloria", afirmó tras precintar su salmón en el centro de La Rodriga (Salas), adonde llegó a las 7.10 de la mañana desde el coto donde lo había capturado solo un cuarto de hora antes, en Quinzanas de Abajo. Entró como "un bólido" y consiguió ser el primero. Minutos después llegó Manuel Suárez Nido con su salmón del pozo El Zarro. Era tarde para su gloria.

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El campanu del Narcea, en la temporada salmonera más atípica

El pescador contó con la ayuda de dos pravianos, Javier Bueno y Carlos Peñaullán, que conocen bien El Güeyu. Con tranquilidad echó una varada con cebo de merucos y quisquilla a 11 metros haciendo un seguimiento del tacto del plomo con el suelo, otra más y a la tercera, a 10 metros, mordió el anzuelo: "Noté la picada, dio un tiro bestial en la salida, que me quemé toda la mano de la arrancada que pegó". Una lucha entre pescador y salmón en la que el agua también jugó un papel importante, bajaba con fuerza pese a que a esas horas estaba disminuyendo el caudal. Contó que se encontraba en una piedra incómoda, de difícil postura para el pescador, pero con la ayuda de sus dos amigos consiguió el codiciado ejemplar. Y salió pitando al precinto. En 2008 sacó el primero de Cantabria, en el Deva; y en 2018, el del Cares. "Me prestó mucho", celebró.

En el extremo oriental de Asturias salía el primer salmón del Sella pocos minutos después. Fue una prolífica jornada que comenzó a las 7.24 horas con el campanu, pescado en Espigones de Triongu. Fue a cebo natural y pesó, en el precinto de El Portazgo, 4,630 kilogramos. "La verdad que estoy muy contento. Es una ilusión tremenda que no sé ni cómo explicarlo", aseveró José Manuel, "Chechu", Fierros Mori, quien lo dedicó a la memoria de su tío, Tito Mori Cuesta, fallecido hace justo tres años. Además, fue todo un regalo para Fierros, que hoy cumple 34 años. Salieron otros seis ejemplares más en el Sella.

Media hora más tarde, el río Cares dio su primer ejemplar de la temporada. Y fue todo un gigante fluvial que pesó ni más ni menos que 7 kilos, con 88 centímetros de largo y 43 de perímetro. Fue pescado por Francisco Gabriel Rimada Estrada, de Aramanti (Sariego), utilizando la cucharilla. Lo echó a tierra a las 8 horas, en la cabecera del pozo del Rey, en el coto La India, aunque le llevó "muy poco tiempo". En la anterior campaña salmonera este deportista saregano se quedó en blanco, ya que no logró ninguna captura. Hubo otro salmón más en el Cares, producto de repoblación, pues carecía de aleta adiposa. El estado del río se presentaba inmejorable.