La muerte de Jaime Arias Álvarez, el hombre de 77 años que falleció en el HUCA tras sufrir, supuestamente, una agresión a manos de otro residente en el asilo de Belmonte de Miranda, ya se investiga como un homicidio. El anciano que habría propinado a la víctima un bastonazo, causándole lesiones en la cara y la cabeza, fue detenido formalmente la semana pasada por agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Oviedo, aunque permanece internado en la residencia de ancianos belmontina en atención a su delicado estado de salud, según indicaron fuentes de la Benemérita. En breve podría declarar ante el Juzgado que lleva el caso.

El arresto del anciano se produjo el lunes de la semana pasada en las propias dependencias de la residencia. El hombre, cuya identidad y edad no han trascendido, aunque sería similar a la de la víctima, está al parecer muy afectado por lo ocurrido, ya que no pretendía en absoluto quitar la vida a su compañero de residencia.

Los hechos

Los hechos se produjeron en la tarde del pasado 30 de abril. El motivo de la discusión fue, según fuentes cercanas al caso, que la víctima había orinado en las plantas que cuidaba el agresor. Éste le habría propinado un fuerte bastonazo que le causó lesiones en la cabeza y la cara, por lo que tuvo que ser asistido en el centro de salud. Los otros residentes le vieron llegar con vendajes por la cara.

Fue después cuando el personal de la residencia encontró desmayado a Jaime Arias, y fue trasladado al Hospital, donde falleció pocos días más tarde, comunicándose la muerte a la Guardia Civil al haber sido causada por una agresión. Los agentes tomaron diversas muestras en el recinto del asilo, antes de detener al supuesto causante del fallecimiento.

Jaime Arias procedía de la aldea de Montovo, también en Belmonte, y había ingresado en la residencia dos años atrás. Era una persona muy conocida en la capital belmontina, donde se le veía pasear muchas veces fuera de la residencia. El personal del centro evitó, al menos en los primeros días, informar a los demás residentes del fallecimiento para evitar que sufriesen un agravamiento en su estado de salud. Uno de los residentes aseguró, por ejemplo, que la víctima estaba en cama después de haberse caído.