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El pacto europeo que impulsa el cultivo ecológico, gran oportunidad para Asturias

La UE se fija como objetivo que en 2030 el 25% del suelo ocupado por la agricultura se destine a la producción respetuosa con el medio ambiente

Recolección de manzanas en una pomarada asturiana. LNE

La agricultura europea vivirá una auténtica revolución en la próxima década y cobrará un especial protagonismo la producción ecológica. El giro anunciado ayer por la Comisión Europea (CE), que por fin ha desvelado el denominado "Pacto verde europeo", supone una gran oportunidad para Asturias, ya que es una de las regiones de Europa con mejores condiciones para los cultivos respetuosos con el medio ambiente. El nuevo planteamiento va más allá de lo agrario y constituye la espina dorsal de la política de la CE que lidera Ursula von der Leyen. El objetivo es conseguir en 2050 una economía neutra en emisiones de dióxido de carbono. En el año 2030, el 25 por ciento del suelo dedicado a la agricultura deberá albergar explotaciones ecológicas.

Detener la pérdida de biodiversidad y crear un sistema alimentario sano y sostenible son los puntos claves de este giro que lanza una nueva mirada sobre la naturaleza y, a la vez, se complementa con la llamada estrategia "de la granja a la mesa", que persigue un sistema alimentario equitativo, sano y respetuoso con el medio ambiente.

Ambos instrumentos afectan de lleno al sector agrario e hipotecarán la negociación de la próxima PAC. La nueva estrategia sobre la biodiversidad, adoptada durante el apogeo de la pandemia de covid-19, es un elemento central del plan de recuperación de la UE y reviste una importancia crucial para prevenir y reforzar la resiliencia ante pandemias futuras y brindar oportunidades de negocio e inversión inmediatas a efectos de la recuperación de la economía de la UE.

El documento propone regenerar los ríos y los ecosistemas degradados, mejorar la salud de las especies y hábitats protegidos de la UE, devolver los polinizadores a las tierras agrícolas, reducir la contaminación, hacer más verdes las ciudades, aumentar la agricultura ecológica y otras prácticas agrícolas respetuosas con la biodiversidad, y mejorar la salud de los bosques.

De aquí a 2030 un mínimo del 30% de las tierras y mares de Europa serán zonas protegidas con el objetivo de devolver a un mínimo del 10 % de la superficie agrícola unos elementos paisajísticos muy variados. Las acciones previstas en materia de protección de la naturaleza, uso sostenible y regeneración aportarán beneficios económicos a las comunidades locales gracias a la generación de puestos de trabajo y crecimiento sostenibles. Se destinarán 20 millones de euros cada año a la biodiversidad a través de diversas fuentes, tales como fondos de la UE, nacionales y privados. El proyecto "de la granja a la mesa" pretende reducir la huella ambiental del sistema alimentario y reforzará su resiliencia, protegiendo la salud de los ciudadanos. Los agricultores tendrán que reducir el uso de fitosanitarios y de fertilizantes si quieren seguir cobrando una parte de las ayudas de la PAC en el futuro. Los ganaderos, por su parte, deberán afrontar más exigencias en materia de bienestar animal y, al mismo tiempo, bajar el uso de antibióticos en el ganado. Por otro lado, en 2030, al menos el 25% de las tierras destinadas a usos agrícolas de la UE deberán dedicarse a la agricultura ecológica. Las organizaciones que representan a los agricultores y ganaderos han cuestionado si el momento es oportuno y, sobre todo, si ese incremento de exigencias va a poner en riesgo la oferta de alimentos a los ciudadanos.

Mientras que Europa presiona al sector agrario con su política verde y olvida el papel que ha jugado durante esta pandemia, los ecologistas reclaman que el 50% del dinero de la PAC vaya para el medio ambiente y clima. La batalla está servida.

Un sector en expansión en el Principado que ya cuenta con más de 700 operadores

Los agricultores ecológicos asturianos recibieron ayer con satisfacción el anuncio de una nueva estrategia que primará las producciones respetuosas con el medio ambiente, y que por primera vez tendrán un peso esencial en el cómputo de las ayudas de la PAC. Este gran giro verde que vendrá impuesto desde Bruselas encaja como anillo al dedo con las fórmulas tradicionales de producción en Asturias, donde la agricultura orgánica supera los 700 operadores, de los que casi 500 son productores y más de un centenar empresas de elaboración y envasado.

La crisis provocada por el covid-19 ha demostrado hasta qué punto la pérdida de biodiversidad perjudica a los ciudadanos. Por eso es crucial un sistema alimentario que funcione correctamente y garantice el suministro de alimentos.

Los datos del Consejo Regulador de la Producción Ecológica (COPAE) ponen de relieve el crecimiento de las empresas de elaboración y envasado. Aunque de una forma tímida, la transformación de los productos lucha por quedarse en Asturias, y de ese modo dejar en la región el importante valor añadido que genera. De hecho, el aumento de facturación que se registra año a año se debe principalmente a los productos elaborados por industrias agroalimentarias que abren una línea de productos ecológicos como respuesta a la demanda de la gran distribución. Las ganaderías de leche ecológica también van ganando peso y rondan el medio centenar. El sector lácteo asturiano tiene al alcance de la mano las condiciones idóneas para producir leche eco, según asegura, Carlos Nuño, director técnico del Consejo Regulador de la Producción Ecológica (COPAE). Francia es el segundo país que más leche ecológica produce, después de Alemania, con un ambicioso plan en marcha para llegar a mil millones de litros anuales y unas 2.500 explotaciones acreditadas.

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