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Ciencia anuncia complementos para las nuevas becas estatales, más flexibles

Los estudiantes aplauden la rebaja del requisito académico y piden que este año no se penalicen económicamente los suspensos

La decisión del Gobierno central de deshacer parte de lo hecho en 2012 por la administración educativa del PP, de flexibilizar los requisitos académicos y elevar el umbral de renta bajo el que se conceden las becas, recibe en el Principado una acogida complaciente. El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, da la bienvenida a una medida "positiva y justa", tendente en su interpretación a que "nadie se quede atrás por la crisis del covid-19, ni por problemas de evaluación ni por cuestiones de renta familiar", y anuncia su intención de complementarlas desde Asturias, pero advierte también de que el nuevo modelo nace "condicionado a los Presupuestos Generales del Estado, ya que supondrá un aumento importante en la financiación destinada a ayudas al estudiantado".

El Gobierno prevé un gasto suplementario en becas de 386 millones de euros, que supone un alza de inversión de un 22 por ciento en el curso 2020-2021 y calcula más de 700.000 beneficiarios. Estará sujeto a la negociación y a la disponibilidad presupuestaria, pero de entrada los ministerios de Educación y Universidades oficializan su interés por desbaratar algunos de los cambios introducidos en el modelo durante la etapa del popular José Ignacio Wert al frente de Educación y relajar la exigencia del rendimiento académico como condicionante de las becas, de forma que si el plan sale adelante, según fuentes del Ministerio, "las becas exigirán el aprobado del curso anterior". Se eliminarán así "los requisitos suplementarios que actualmente exigen determinadas calificaciones" por encima del suficiente y que al decir del Gobierno actual han dejado a muchos alumnos necesitados fuera del sistema. Por otro lado, se propone subir el límite de renta bajo el cual se tiene acceso a una beca completa -que incluye el pago de la matrícula, una cuantía fija y otra variable- hasta equipararlo "prácticamente" al umbral de la pobreza. Hasta ahora, por ejemplo, esa ayuda máxima se concedía a familias de cuatro miembros con ingresos inferiores a 13.909 euros. Para un hogar equivalente, el Instituto Nacional de Estadística (INE) sitúa ahora la pobreza por debajo de 18.628. Este indicador, destacan desde el Gobierno, no se actualiza desde 2011.

Esas reformas, y su coste, se completan con un aumento previsto de cien euros de las cuantías fijas por beca, incluidas las universitarias. "Se trata de que las ayudas vayan directamente a aquellos que más lo necesitan", interpreta Borja Sánchez, que precisa que su Consejería tratará de complementar las ayudas estatales para que "nadie se quede atrás". "Una vez que conozcamos los criterios del Ministerio y las solicitudes que se pueden atender, intentaremos cubrir las necesidades de quienes se queden fuera de las becas estatales", resalta el Consejero.

Los últimos recuentos disponibles sitúan por encima de 38.000 los beneficiarios de becas en Asturias, y en más de 25 millones la inversión total. El presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Oviedo, Ángel Caraduje, evalúa desde la "prudencia" los cambios como "una buena noticia". Les agrada el anuncio de incremento de gasto y la retirada del requisito académico, algo que el movimiento estudiantil "lleva reclamando mucho tiempo". "Las becas no son premios a la excelencia, sino ayudas para familias de clase trabajadora y sin recursos", argumenta, pero el nuevo modelo es a sus ojos "un primer paso" que necesita ser complementado por otros, entre ellos reclaman que "al menos este año" especial y diferente por la pandemia se mantengan los precios universitarios y "no se penalice económicamente a quien suspende".

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