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Ojos para setenta kilómetros de arenales

Los 19 ayuntamientos costeros se enfrentan a la necesidad de controlar accesos y aforos en más de 200 playas y piden ayuda al Principado

La orden de la fase 2 de la desescalada que conmina a los ayuntamientos a responsabilizarse de ordenar el acceso, el aforo y la distancia en las playas, o de limpiar y desinfectar sus instalaciones, interpela a los diecinueve municipios del litoral asturiano, pero acaso sobre todo a los de Llanes y Valdés. El concejo oriental acoge en su territorio más arenales que ningún otro, 38, y el del occidente, segundo en número con 32, es el primero por longitud, más de diez kilómetros y medio. Entre los dos acumulan más de un tercio de las 205 playas de Asturias y una cuarta parte de los casi setenta kilómetros y medio de costa que en total ahora los municipios se ven obligados a controlar.

Las dudas de los alcaldes sobre la adaptación de la norma a la realidad de la costa cantábrica puede completarse con las dificultades a las que tendrán que enfrentarse para cumplir con escrúpulo todas esas indicaciones en las 205 playas que tiene Asturias, según la cuenta del Ministerio de Transición Ecológica. En la lista por número de arenales sigue Cudillero, con 27 que suman cerca de diez kilómetros; Gozón, con diecisiete y algo más de cinco kilómetros; Tapia, con once, y Muros de Nalón y Castrillón, con diez y las dos más grandes, el playón de Bayas, con sus cerca de tres kilómetros, y los más de dos de la de Salinas.

Aunque finales de mayo aún no sea temporada alta de playas en Asturias, algunos alcaldes costeros se previenen ya frente a los condicionantes inéditos de gestión y vigilancia de asistencias y aforos que deberán afrontar a partir del próximo verano y se han dirigido al Gobierno del Principado para que trate de coordinar algunas medidas paliativas. Se sugiere, por ejemplo, que desde la administración regional se habilite de cara al medio y al largo plazo una aplicación con información centralizada y actualizada acerca de todas las playas de la región, con datos como el grado de ocupación o el nivel de la marea en cada arenal.

Se reclama como alternativa de apoyo para las medidas excepcionales que a buen seguro deberán ser arbitradas a medida que el calendario se aproxime al verano más extraño que deberán afrontar los concejos del litoral asturiano. En la franja norte y noroeste, ya hay ayuntamientos con planes más o menos específicos y maduros para el abordaje de esta nueva normalidad playera que se avecina. En Sanxenxo (Pontevedra), por ejemplo, se ha propuesto dividir la playa de Silgar en 780 cuadrículas de nueve metros cuadrados, más del doble de los cuatro que dispone la orden ministerial. En San Sebastián, para evitar aglomeraciones, la Concha se cerrará dos horas antes y dos horas después de la pleamar.

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