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Crisis del coronavirus

Más peso, menos movilidad, ansiedad: el encierro ya pasa factura a los mayores

"Un anciano que baja un escalón es difícil que vuelva a subirlo", avisan médicos de familia y geriatras, que alertan de deterioros cognitivos

VÍDEO: Más peso, menos movilidad y ansiedad: el encierro pasa factura a los mayores

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VÍDEO: Más peso, menos movilidad y ansiedad: el encierro pasa factura a los mayores Pablo Álvarez

-El otro día estuvo en mi consulta una paciente que había engordado ocho kilos durante el confinamiento.

Rodrigo Abad, médico de familia del centro de salud de Pola de Siero, está constatando de primera mano los efectos sobre las personas mayores de los dos meses de confinamiento domiciliario debido a la pandemia de covid-19. Aumentos de peso muy poco saludables, mermas significativas de la agilidad mental y física, frecuentes cuadros de ansiedad y depresión... Estas son algunas de las figuras que componen el retablo de repercusiones que están aflorando en las consultas -presenciales y telefónicas- que atienden los médicos de familia, los geriatras y otros especialistas que asisten a las franjas de población de más edad de la región.

Miguel Ángel Prieto, médico del centro de salud de Vallobín (Oviedo), lanza una premisa que bien puede ser interpretada como un aviso para navegantes: "Cuando una persona mayor baja un escalón es difícil que vuelva a subirlo".

Y los escalones son, en este caso, toda una constelación de síntomas físicos y mentales, y de agravamiento de patologías crónicas, de las que seguramente no ha emergido hasta la fecha más que la punta del iceberg.

Por ejemplo: movilidad. Que cada lector piense en su entorno familiar o vecinal. ¿De cuántas caídas de personas de cierta edad ha tenido noticia en las últimas semanas? Como consecuencia de las largas semanas de enclaustramiento casero, "la mayor parte de los mayores tienen alterada la movilidad", indica José Gutiérrez, especialista en geriatría del Hospital Monte Naranco, de Oviedo. "No debemos olvidar que siete días de encamamiento disminuyen un 30 por ciento la masa muscular", precisa el doctor Gutiérrez, quien añade que, si bien el confinamiento no significaba estar postrado, los mayores -al igual que el conjunto de la población- "estuvieron privados de salir a pasear, de subir y bajar escaleras, y limitados al espacio del propio domicilio, y esto condiciona ese deterioro funcional".

A la vista de este panorama, se impone la necesidad de "una fisioterapia específica para la rehabilitación en las actividades de la vida diaria", puntualiza José Gutiérrez. Y es que no resulta infrecuente -indican los especialistas- que precisamente las personas que en mayor medida han visto restringida su elasticidad sean las que ahora, "por miedo", se muestran reticentes a salir a la calle y recuperar rutinas anteriores al confinamiento.

La ganancia de peso es una nota habitual en los pacientes de cierta edad que están acudiendo al médico. Sobre el citado testimonio de la mujer que subió ocho kilos en las semanas de encierro, el doctor Abad comenta: "De esa mujer en concreto yo no lo hubiera pensado, la verdad". Además del sedentarismo, "influyen mucho la ansiedad y el estrés vividos en esta situación", agrega.

Esta observación nos introduce en el epígrafe de las alteraciones anímicas y de sus derivadas. "Como norma general, me parece que hay más cuadros de depresión y ansiedad en mujeres más que en hombres", señala el facultativo de Pola de Siero. Para dar respuesta a este tipo de problemas, "ahora hacen falta consultas más largas", asevera Rodrigo Abad.

Con este diagnóstico coincide de forma sustancial Miguel Ángel Prieto, médico del centro de salud de Vallobín (Oviedo): "La mayor parte de mis pacientes ha engordado dos o tres kilos". Asimismo, "es cierto que ves cosas sorprendentes: hay gente que ha mantenido la costumbre de caminar en su casa la distancia a la que estaban acostumbrados por la calle".

El doctor Prieto también está encontrándose con una notable cifra de "cuadros de ansiedad, depresión e insomnio". En las consultas y en las visitas domiciliarias estas situaciones se notan a la primera, o se verbalizan abiertamente: "Una de las cosas que más te dicen los pacientes es que necesitan hablar con alguien. 'Qué ganas tenía de hablar con usted y contarle lo que me pasó estos tres meses...'. Notas que podrían estar horas...". Como factor adicional, los centros de día se han cerrado, y este perfil de población "ha reducido las actividades de estímulo cognitivo, y eso va a costar recuperarlo".

El bajón de viveza cognitiva está ahí, corrobora José Gutiérrez, quien lo achaca a "la falta de estímulos mentales". Esta atonía de vida, enfatiza el geriatra del Hospital Monte Naranco, origina "un mayor deterioro cognitivo leve", lo que hace necesario aplicar "terapias de estimulación cognitiva con estos pacientes".

Miguel Ángel Prieto también alerta de empeoramiento de los otros factores principales de riesgo cardiovascular, esencialmente diabetes e hipertensión.

Con relación a la obligatoriedad de usar mascarillas cuando no es posible mantener la distancia de seguridad, Rodrigo Abad refiere que "los pacientes que piden un certificado para ser exonerados suelen ser los que más la necesitan: gente con EPOC, asmáticos, con insuficiencia respiratoria...".

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