La EBAU sustituirá este año las aulas por las pistas deportivas. La Universidad de Oviedo ha apostado por "grandes sedes" para celebrar el mayor examen presencial tras la pandemia, con cerca de 5.000 estudiantes. El Palacio de los Deportes, la Laboral y varios polideportivos serán los principales escenarios donde se desarrollarán las pruebas del 30 de junio al 2 de julio en convocatoria ordinaria, y del 21 al 23 de julio en extraordinaria. El Rector avanzó ayer que el protocolo de seguridad está "listo" y será "muy parecido" al de la Universidad. Los exámenes se manipularán con guantes y se desinfectarán con ozono una vez estén almacenados.

Por primera vez en años, Asturias tendrá ocho sedes en lugar de seis. La Universidad y el Principado han optado por sumar los polideportivos de La Felguera y Pola de Siero para "descongestionar Oviedo y evitar desplazamientos". Aun así, en la capital se reunirán casi 2.000 bachilleres, que serán repartidos en cuatro instalaciones: el Palacio de los Deportes, los dos polideportivos más grandes de la ciudad -entre ellos, el de La Florida- y las instalaciones deportivas del campus de los Catalanes. En Oviedo se habilitará también un instituto para acoger a los alumnos con necesidades especiales. Gijón distribuirá sus 1.000 estudiantes entre Laboral Centro de Arte y el Palacio de Deportes de La Guía. Avilés, con unos 500 jóvenes, celebrará la Selectividad entre el colegio y el polideportivo de El Quirinal.

Se mantienen el campus universitario de Mieres, que contará también con el polideportivo, y las "sedes clásicas" de Tapia de Casariego, Cangas del Narcea y Ribadesella. El año pasado en estas localidades la EBAU se hizo en los institutos Avelina Cerra, Cangas del Narcea y Marqués de Casariego. Se caen, en cambio, la mayoría de sedes universitarias, como la Facultad de Economía y Empresa, el aulario de Ciencias Jurídico-Sociales, la Facultad de Química, la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón o la Escuela Superior de Marina Civil.

Las nuevas sedes, según concretó el Rector, Santiago García Granda, se dotarán con mobiliario de los centros en los que en un principio iban a hacerse las pruebas. "Queremos sedes confortables", dijo. El máximo representante de la institución académica afirmó que el uso de polideportivos tiene su parte positiva, ya que facilita la labor de vigilancia y permite que los estudiantes cumplan los dos metros de distancia, pero también su lado negativo: "Vamos a tener que cubrir algunos parqués". Granda rechazó la apuesta de otras comunidades, como Aragón, de utilizar voluntarios para vigilar la Selectividad, aunque no descartó lanzar un "plan de voluntarios para acondicionar las sedes". El control, señaló, lo harán profesores de instituto y de la Universidad, como en ediciones pasadas. Lo de Aragón, opinó, "es un sinsentido, porque va en contra de la rigurosidad".