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ÁNGEL CARADUJE HURTADO | Presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Oviedo

"La Universidad no logró una adaptación total online para clases y evaluación"

"En general hacemos un balance positivo de los exámenes a distancia, aunque hubo pruebas que rozaron lo abusivo al acortarse los tiempos"

Ángel Caraduje, en la plaza Porlier, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

"Incertidumbre, frustración y estrés". Con estas tres palabras resume el presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Oviedo, Ángel Caraduje Hurtado, los últimos tres meses de clases y exámenes a distancia. El máximo representante del alumnado defiende que "en tiempos de incertidumbre" se debería haber dado "seguridad". Aun así, Caraduje (Oviedo, 1998) prefiere quedarse con la parte positiva: con las redes de apoyo que han surgido entre los universitarios fruto de la pandemia. El estudiante de cuarto curso del doble grado de Física y Matemáticas ve "lógico" un inicio de curso con formación mixta, como prevé el Rectorado, aunque advierte que este modelo no debería quedarse una vez se supere la crisis.

- El próximo curso empezará, según vaticina el Rector, con enseñanza mixta y las clases teóricas con muchos alumnos se harán a distancia. ¿Es acertado ese planteamiento?

-Creo que es lo lógico; cualquier otro escenario sería muy ingenuo. No obstante, hay que tener especial cuidado con todo. Ya no son solo los grupos grandes, como se puede imaginar una clase de Medicina, con 250 alumnos, sino que en las facultades pequeñas en los cambios de clase los pasillos se llenan de gente. Habrá qué ver cómo se articula eso.

- ¿Este modelo que combina formación presencial y online se debería mantener después de la pandemia?

-No, lo que tenemos claro es que estamos en una situación de excepcionalidad y se debe quedar en eso. No se puede pretender que esto sea la norma y vaciar las aulas para llevarnos a un programa mixto. Porque al final nuestra universidad es presencial.

- Quedan solo dos días (hoy y mañana) para que la primera convocatoria de exámenes online finalice. ¿Qué balance hacen?

-En líneas generales ha sido positivo, aunque con excepciones. En los primeros días hubo algún fallo en las plataformas que se habilitaron para la evaluación y hubo pruebas que rozaron lo abusivo por la reducción de tiempos. En los test subieron el número de preguntas, bajaron el tiempo y muchas veces no nos dieron la posibilidad de volver atrás; y esto es algo que puedes hacerlo en un examen en papel.

- ¿Os ha incomodado la vigilancia que ha hecho el profesorado por webcam para frenar a los "copiones"?

-Yo creo que poner la videocámara es algo normal. En un examen presencial tienes al profesor en el aula que te está mirando. En esta situación es lo mismo pero a través de una pantalla. Lo que siempre defendimos es que lo que no se puede hacer es grabar ese control, porque resulta mucho más invasivo. También ha habido profesores que han optado por no videovigilar y han buscado otras fórmulas de examen.

- ¿Cómo han vivido los estudiantes estos tres últimos meses sin pisar la Universidad?

-Lo resumo en tres palabras: incertidumbre, frustración y estrés.

- Todas negativas...

-Sí, creo que la esperanza viene ahora... Ha habido mucha incertidumbre, mucha frustración y mucho estrés. Ya suele haberlo en la recta final del curso, pero este año se ha acrecentado por la situación en la que nos encontramos. La incertidumbre, que es el origen de todo, está claro por qué: estamos en una pandemia con un encierro y eso genera incertidumbre a todo el mundo. Pero hay otra parte de la incertidumbre que viene generada por los cambios en las guías docentes, en los criterios de evaluación, en las fechas de los exámenes... Nosotros lo que siempre hemos transmitido al Rectorado es que en tiempos de incertidumbre hay que dar seguridad. Y lo que ha pasado es que al no saber cómo nos iban a evaluar o qué cambios iban a introducir, estábamos pensado en eso y no nos concentrábamos todo lo que deberíamos. A pesar de todo, queremos quedarnos con las redes de apoyo que han surgido entre estudiantes, los bancos de apuntes o la consultoría para resolver duda. El apoyo mutuo y la solidaridad con el compañero de pupitre, aunque ahora sea virtual, es siempre lo más importante.

- ¿Cree que sin la presión estudiantil, como demostró la campaña en redes #UniOvinosAbandona, hoy los universitarios asturianos estarían en una peor situación?

-No sé cuánto de peor, porque quiero tener un poco de fe en la Universidad, pero sí. La presión estudiantil no solo es necesaria sino fundamental. Siempre hay un tira y afloja entre el profesorado y el alumnado, porque unos evalúan y otros son evaluados. Pero hemos conseguido llevar a buen puerto ciertas propuestas.

- ¿Creen que la Universidad se adaptó bien a las clases a distancia?

-Una adaptación total no se consiguió, no solo por las clases, que también, sino por los métodos de evaluación. Yo entiendo que la pandemia nos pilló a todos desprevenidos; sin embargo, ha quedado una asignatura pendiente para el próximo curso: la evaluación continua.

- ¿Echaron en falta, durante esta crisis, mayor capacidad de gestión por parte del Rector?

-Todos podemos hacerlo siempre un poco mejor. Y en este caso sí que se podría haber hecho considerablemente mejor. No obstante, prefiero quedarme con lo que se ha hecho bien, que casualidad o no, ha coincidido siempre cuando se ha escuchado al estudiantado.

- Hay exámenes online, exámenes que iban a ser presenciales y que finalmente se harán a distancia, exámenes que se mantienen en las aulas... ¿Opina que fue acertado dar autonomía a los profesores y a los centros?

-Ahí se entra un poco en la incertidumbre que comentaba antes. Pero creo que la autonomía de los centros debe primar porque cada centro es un mundo.

- ¿Han conseguido avanzar algo en la supresión de los criterios de permanencia en las carreras?

-Sí, hace unos días el Consejo Social aprobó que se considerase el covid-19 como una causa de fuerza mayor y en principio no se expulsará a nadie de la Universidad por culpa de la pandemia. También el Ministerio de Universidades anunció que aumentarán las partidas presupuestarias para las becas. Eso está bien pero solo es un primer paso; el siguiente es reducir las tasas de segundas matrículas y superiores, y no penalizar a los estudiantes por suspender.

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