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Zambullidas con sobrecoste y por turnos

Las comunidades vecinales se enfrentan a gastos extra para abrir sus piscinas y los clubes permitirán baños con reserva para evitar contagios

La piscina de agua salada de San Esteban, ahora mismo en obras. MIKI LÓPEZ

El calor aprieta y las piscinas se empiezan a llenar en Asturias. Las ansias por darse un chapuzón podrán verse frenadas por las limitaciones de las autoridades sanitarias. A priori, las zambullidas estivales tendrán sobrecostes y se harán por turnos. El vicepresidente del Colegio de Administradores de Fincas del Principado de Asturias, Juan Carlos Bachiller Rodríguez, enumera los gastos extra a los que tendrán que hacer frente las comunidades de vecinos para cumplir con las normas sanitarias en estos espacios de ocio que se usan sobremanera en la temporada de verano. Las piscinas deberán estar en óptimas condiciones de salubridad. En este sentido, "de las entre dos y tres desinfecciones diarias se puede ocupar una empresa de limpieza, lo que supone un sobrecoste para la comunidad". Pero no será el único, ni mucho menos.

Al igual que como están haciendo en multitud de playas del Mediterráneo, la parcelación de los espacios comunes de la zona seca de la piscina, es decir, los espacios donde se instalan hamacas y otros elementos, tendrá que delimitarse para que los usuarios puedan guardar la distancia de seguridad mientras se broncean. "Un técnico se tiene que ocupar de hacer un plano, ponerlo visible y parcelar de manera clara la playa de la piscina, lo que supone otro sobrecoste". Y suma y sigue.

A los sobrecostes para poner en marcha las piscinas comunitarias hay que sumar un sistema de control del aforo para que se cumpla la ratio establecido por el Ministerio de Sanidad, que establece que cada usuario tiene que disponer de dos metros cuadrados en piscinas al aire libre y de tres en el caso de las cubiertas.

Precisamente ese control del aforo es el principal quebradero de cabeza para los administradores de fincas. "El problema real está en el control de ese aforo y que la gente cumpla con lo que está estipulado. Eso, sobre todo en comunidades pequeñas, es inasumible. Es imprescindible que quede claro que la junta de gobierno de la comunidad queda exenta de responsabilidad por ese asunto, debiendo de ser la misma asumida por los propios usuarios", añade Bachiller Rodríguez. En definitiva, se alude a la responsabilidad individual, al igual que ocurre hasta ahora en las playas de Asturias, donde el sentido común y la concienciación son fundamentales.

Con este panorama, el Colegio de Administradores de Fincas de Asturias solicitó por escrito al Ministerio de Sanidad que aclarase con mayor exactitud qué deben hacer las comunidades de vecinos para poder abrir sus piscinas y si realmente pueden hacerlo. Por ahora, otras zonas comunes siguen clausuradas, como los espacios de ocio infantil, jardines, gimnasios y pistas deportivas. Las piscinas podrían correr la misma suerte que los columpios, para perjuicio de los usuarios que en jornadas cálidas como las de la semana pasada no podrán refrescarse en una instalación de su propiedad. Mientras se aclaren estos conceptos, las comunidades de propietarios hacen encaje de bolillos echando números, elaborando protocolos de actuación y abogando por la responsabilidad individual. Lo que parece claro es que, de mantenerse esta situación, los chapuzones estivales en piscinas comunitarias se harán previo pago de una derrama. Un imprevisto al que muchos no podrán hacer frente, teniendo en cuenta la situación económica que atraviesan las familias en la actualidad.

Los clubes deportivos, sin embargo, parecen tenerlo más claro. Y es que la práctica deportiva está permitida en estos espacios. Uno de los más concurridos es el Club de Campo de La Fresneda, que precisamente hoy abrirá las piscinas al público. Sin embargo, el verano en este club no será igual que los anteriores. Por ejemplo, los usuarios tendrán que reservar horario para acceder a la piscina y, en días de gran afluencia, deberán elegir entre el turno de mañana o el de tarde. El protocolo de actuación también marca aforos limitados en las piscinas. Por ejemplo, de dos personas para el vaso pequeño, de 16 para el mediano y de 75 para el grande. Para mantener la distancia de seguridad entre personas, marcarán el suelo con vinilos cada dos metros. En su caso, quien controlará el aforo de las instalaciones será el socorrista o personal del club.

Los baños, además de por turnos, tendrán una duración máxima de 10 minutos, "quedando a criterio del propio socorrista o personal del club la posibilidad de acortar esa duración en caso de que la demanda sea alta". Las tumbonas, por su parte, tendrán que llevarse de casa, ya que no habrá servicio de alquiler para evitar contagios, entre otros puntos que marca el extenso protocolo para la temporada de verano. Unas normas que harán que las zambullidas sean quizá menos divertidas pero más seguras, que ahora es lo que toca.

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