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Dos sierenses, en un vuelo a Lanzarote con un infectado: "Deberían controlar antes"

"Nosotros íbamos en la fila ocho y él en la treinta. Nos dijeron que el virus no tenía tanta fuerza como para llegar a nosotros"

Jesús Navarro y su esposa, Pilar Fernández, al llegar a Lanzarote. E. P.

"Igual nos llaman dentro de una semana para ver cómo estamos", asegura Jesús Navarro, un minero jubilado de Bobes (Siero) que reside en Lanzarote y que el pasado viernes volaba, con su mujer, Pilar Fernández Secades, en el mismo avión en el que se detectó a un pasajero con coronavirus. "Nosotros íbamos en la fila ocho y él en la treinta. Nos dijeron que el virus no tenía tanta fuerza como para llegar a nosotros", cuenta Navarro.

"Nos mandaron quedar en casa", añade. El caso es que estuvieron parados "tres horas" en el avión, hasta que desalojaron, primero a las catorce personas que rodeaban al infectado, "que siguen en cuarentena en un hotel", y luego al enfermo. Se trata de un hombre de 52 años, residente en Lanzarote, que había acudido a enterrar a su madre a Manzanares (Ciudad Real). Al haber estado con personas con coronavirus, le hicieron una prueba PCR y, en tanto llegaba el resultado, le indicaron que se quedase en cuarentena, pero hizo caso omiso. El matrimonio se muestra un poco molesto: "Deberían habernos tomado la temperatura en el Aeropuerto. Ahora les quedan unos días de incertidumbre.

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