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El turismo rural ya recibe reservas para el fin de semana y multiplica las estivales

OTEA agradece la relajación de la movilidad en la fase 3, pero lamenta que se posponga la apertura del ocio nocturno: "Están heridos de muerte"

Un cliente lee LA NUEVA ESPAÑA en la terraza de un bar de la plaza del Ayuntamiento de Pola de Laviana. FERNANDO RODRÍGUEZ

Mirando los treinta grados de la semana pasada a través de la ventana de un hotel cerrado, o a medio abrir, un empresario turístico asturiano podría haber sentido una mezcla de impotencia y nostalgia difícil de aplacar. Pero la luz del sol es luz al final del túnel para el turismo rural, con su flamante vitola de sitio seguro y refugio aislable a salvo de virus. Ya se reciben reservas para el próximo fin de semana, obviamente por el momento solo de viajeros interiores por Asturias, animados por el calor de este final primaveral y las ganas acumuladas en los meses de confinamiento, pero también a más largo plazo el interés ha crecido tanto que incluso hay casas con "casi todo reservado" para agosto.

Jaime García, presidente de Alojamientos Rurales de Asturias (ARCA), calcula que desde que hace diez días el Gobierno confirmó que habrá verano turístico "las reservas se han multiplicado por cuatro", sobre todo las de agosto y con clientes habituales de los establecimientos.

Muchas llamadas vienen de Madrid, o de sitios que condicionan la reserva a que para la fecha de las vacaciones "nos dejen salir", pero se percibe un incremento exponencial del interés que hace albergar esperanzas de salvar de sobra el verano si la situación epidemiológica del país no se tuerce hasta entonces. A vista de establecimiento se hace cada vez más evidente que la demanda existe y que se siguen pidiendo estancias más largas de lo habitual.

En su afán de aprovechar al máximo la única clientela que por el momento puede desplazarse, algunos establecimientos han fijado ya una oferta de "precios ajustados" para el viajero asturiano. Con el propósito de satisfacer mejor al visitante, piden además a los ayuntamientos "un esfuerzo" en el adecentamiento y la limpieza de los caminos y accesos a los pueblos. Todo remite a que el turismo y la hostelería necesitan "llegar a la normalidad lo antes posible", o que "en cuanto se pueda haya un flujo de turistas para activar los establecimientos".

La valoración de José Luis Álvarez Almeida, presidente de la patronal asturiana del sector, OTEA, sirve para defender como "una buena noticia, muy esperanzadora", la intención del Gobierno de permitir movimientos entre las autonomías que el lunes hayan avanzado a la fase 3 de la desescalada.

Lo que no ha sentado bien en el sector, en cambio, es que respecto al diseño inicial de la estrategia del desconfinamiento se haya relegado la apertura de las discotecas y locales de ocio nocturno con restricciones de acceso. La primera versión las abría en la fase 3, la última, hasta ahora, las mantiene cerradas; y eso "no puede ser", lamenta Almeida. "Estos negocios están heridos de muerte" especialmente en Asturias, donde en este segmento "no hay grandes discotecas ni grandes empresarios, sino pequeños establecimientos con economías de subsistencia".

El problema de fondo es el mismo, la queja de las empresas hosteleras y turísticas de la falta de atención del Gobierno. "Les pedimos que se sienten con nosotros y nos expongan sus razones, que podamos diseñar juntos el futuro de este subsector", persevera. Porque no se le escapa que casi excepto en lo tocante al ocio nocturno las condiciones de la desescalada se han ido flexibilizando, que "Asturias sigue siendo una de las regiones más seguras" y los posibles repuntes de contagios se han detectado hasta ahora "en el exterior, no en los locales".

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