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Inquietud en las aulas y una advertencia: "un contagio puede dejar a todo un grupo sin EBAU"

Los docentes prevén bastante afluencia en el retorno limitado a las clases, sobre todo en 2.º de Bachillerato

El salón de actos del colegio Montedeva de Gijón, preparado para acoger clases con la separación requerida entre las mesas.

Se advierte una cierta tensión en la espera de los centros educativos asturianos. La vuelta a clase después de casi tres meses, voluntaria y restringida a los últimos cursos de Secundaria, FP y Bachillerato, se aproxima entre incertidumbres, inquietudes y mensajes de "prudencia y precaución" de docentes y directores. El día es mañana y, a pesar de que el retorno no es obligatorio, en los colegios e institutos de la región se percibe el interés creciente del alumnado, particularmente evidente en el de Segundo de Bachillerato por las circunstancias académicas de los cerca de 5.000 estudiantes que apuran la recta final hacia la EBAU en la que su futuro se juega a finales de este mes.

Miguel Marcos, director del colegio Montedeva de Gijón, calcula que la voluntariedad se traducirá en presencia de tal vez el ochenta por ciento de sus alumnos de último curso de bachiller. De ahí su mensaje cauteloso y su llamamiento a la concienciación y al rigor en la aplicación de las instrucciones de seguridad. "Un solo caso en el centro", resalta, "puede inducir una cuarentena" que amenaza con poner en serio riesgo la selectividad en primera convocatoria para todo un grupo o todo el curso. Las sesiones de preparación para la EBAU importan, viene a decir, pero también "puede haber consecuencias académicas graves" por un solo descuido.

Para evitarlo, serán clases con mascarilla, sin eventos grupales y con los movimientos imprescindibles por el centro, con flechas y marcas en el suelo para evitar contactos y en algún caso con mesa asignada, personal, siempre a dos metros como mínimo del compañero más cercano. El Montedeva, por ejemplo, prevé trasladar las clases al salón de actos para guardar mejor las distancias y tomará la temperatura de los alumnos a la entrada del centro, aunque según las instrucciones de Educación también los padres están obligados a asegurarse de que su hijo no tiene fiebre antes de salir hacia el colegio.

Mañana se materializará en esas condiciones anómalas y atípicas un retorno a la actividad lectiva presencial severamente cuestionado desde los sindicatos docentes por las condiciones en los que lo ha planteado el Principado. Aparte de la negligencia que a sus ojos cometió el Principado haciendo descansar sobre las direcciones de los centros toda la responsabilidad de organización de dispositivos y compra de materiales de protección, algunos de los representantes de los trabajadores seguían lamentando la gestión previa de los riesgos a los que se expondrá a partir de mañana el personal de los centros y los estudiantes.

Planea la constancia de las consecuencias académicas de una posible cuarentena y las inquietudes, la "confusión, el desorden, a veces hasta el caos de esta gestión" de una situación que a los docentes se les aparece extremadamente compleja, afirma Gumersindo Rodríguez, presidente del sindicato ANPE en Asturias. Ellos, y a su estela algunas familias, contemplan con extrañeza la exigencia de que sean los padres o tutores de cada alumno quienes deban suscribir una "declaración responsable" que garantice que su hijo está en condiciones de acudir al centro. Subyace otra vez aquí, al decir de algunas organizaciones sindicales, otro indicio de la intención de la administración de descargarse de la responsabilidad si surge algún contratiempo indeseado.

El caso es que las muy particulares condiciones de esta vuelta a clase obligará a los centros a extremar la vigilancia, sabiendo que tratan con adolescentes deseosos de salir de casa y de reencontrarse con sus compañeros, que seguramente, sobre todo los bachilleres, acudirán de forma considerable pese a la voluntariedad del retorno y pese a que se les exige a toda costa la restricción del contacto. Las instrucciones repetidas desde el Principado hablan de la separación y la higiene, de entradas y salidas escalonadas, con flujos diferenciados de acceso y abandono de las instalaciones, de disponer de al menos un dispensador de gel hidroalcohólico por aula o de limpiar y desinfectar los baños por lo menos tres veces al día.

La preparación en clase, una desigualdad autonómica más para la EBAU

Los alumnos de Segundo de Bachillerato del País Vasco y Galicia llevan una semana de clases preparatorias de la EBAU, algunos catalanes volvieron el lunes pasado, otros no saben; los canarios regresan hoy, los asturianos mañana y los cántabros el lunes que viene, los madrileños puede que el día 15 o el 16, si les dejan, y los andaluces no volverán este curso. La desescalada educativa asimétrica introduce de pronto una variante autonómica más en una prueba de acceso a la Universidad fuertemente cuestionada por sus diferencias de gestión entre regiones.

De repente, la pandemia ha encajado otro factor diferencial, que puede que sea más visible para aquellos que se vean privados por fuerza de la docencia a distancia y no tengan disponible la presencial. Por otro lado, en este complicado puzle, están los riesgos de contagio y cuarentena que deben asumir quienes opten por preparar la selectividad en el aula... Ayer, mientras, la ministra de Educación, Isabel Celaá, dijo haber aprendido de esta crisis mucho sobre el valor "irreemplazable" de la enseñanza presencial y la necesidad de suturar la "dramática" brecha digital.

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