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El "botellón" del desfase

Las celebraciones juveniles tras la desescalada aumentan el riesgo de contagios y reanudan los problemas con el alcohol, alertan los expertos

Jóvenes en un "botellón" hace unos días. ASOCIACIÓN DUAL

Ha sido levantar un poco la mano con la desescalada en Asturias y ya se han producido los primeros excesos que hacen despertar todos los temores de las autoridades sanitarias. Los jóvenes se reúnen en grupos cada vez más numerosos para ir a la playa o para montar un "botellón", como si de recuperar el tiempo perdido se tratase. Y es que llevan dos meses viéndose solo a través de las pantallas. Los expertos, sin embargo, no acaban de ver con buenos ojos este ansia de "desfase". Los jóvenes más vulnerables pueden tener problemas con el alcohol, y las reuniones multitudinarias sin guardar la distancia aconsejable pueden llevar a rebrotes del covid-19. Y no dejan de avisar a aquellos que presumen una especie de inmunidad natural para los más jóvenes, que estos también son vulnerables a la enfermedad: los hay que lo han pasado muy mal e incluso han muerto.

En Asturias ha habido ejemplos de excesos. Un chico murió ahogado en el Nalón en Las Caldas cuando un grupo de jóvenes bebía en la orilla. Y causó sensación en los medios el caso de una treintena de jóvenes tomando una copa y escuchando música en el muelle de Luanco (Gozón). La Guardia Civil insiste en que no se trató de un "botellón", sino que unos jóvenes se reunieron en el puerto tras el cierre de las terrazas, y que se disolvieron al ver que llegaba una patrulla de la Benemérita. Dicho sea de paso, la persecución de este tipo de conductas corresponde en puridad a las policías locales, lo que no impide que si la Guardia Civil se encuentra con alguna reunión de este tipo pueda presentar la correspondiente denuncia ante los ayuntamientos.

Pero ¿qué pasa por la mente de los adolescentes para ponerse en riesgo de una manera tan imprudente? Lo explica el psicólogo del Centro Médico de Oviedo José Luis Besteiro, experto en la atención a los adolescentes. "Los jóvenes no suelen tener sensación de riesgo, ni suelen anticipar los peligros de su conducta, que suele tender a la desinhibición", señala el experto. Además, "el hecho de haber estado recluidos tanto tiempo exacerba ese comportamiento, la conducta más exagerada, y la falta de autocontrol y de madurez, lo normal a estas edades", añade.

Se une la extraña situación académica en la que se encuentran. "Muchos están viviendo este periodo como unas vacaciones. Esta situación exige ser muy disciplinado, llevar una rutina, y eso puede ser un problema en un país como España, tan indisciplinado, tan dado a no aceptar las normas que no encajan con tu idea o tu forma de ser", añade el experto.

El problema preocupa tanto que una asociación, Dual, financiada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, ha puesto en marcha una campaña bajo el lema "Entre fase y fase, no desfases", con la que se pretende alertar de los peligros de los "excesos con el alcohol tras meses encerrados en casa. La campaña cuenta con la colaboración del actor Dani Muriel.

"Existe un alto riesgo de que los jóvenes protagonicen reacciones compensatorias de tipo pendular como respuesta a la tensión y la angustia sostenida que han padecido", alerta Raúl Izquierdo, psicólogo y director técnico de la asociación Dual. Por ello, se producen conductas "en exceso despreocupadas como compensación a las exigencias de intenso control y restricción durante el confinamiento", explica.

El mayor riesgo es "querer recuperar el tiempo perdido celebrando fiestas alternativas a las que no se han tenido o que no se van a tener y en celebraciones entre amigos como los 'botellones'", detalla Izquierdo.

Es cierto que los adolescentes son los grandes olvidados en la crisis del coronavirus. Por no tener, no tuvieron ni una franja específica para aliviar el confinamiento. La campaña advierte del "doble riesgo" de iniciarse o reiniciarse en el consumo de alcohol y el peligro inherente de transmitir el covid-19 en los "botellones". "Están construyendo su red social y el confinamiento puede haber sido especialmente duro y frustrante", señala.

Dual considera que debe apelarse al sentido de la lealtad de los jóvenes para que cuiden de sus amigos y su familia y no contribuyan a extender la pandemia, añade Izquierdo. Y también poner límites a los jóvenes, advirtiendo de los argumentos a los que pueden enfrentarse, como "hay que recuperar el tiempo perdido", "no seas un amargado, relájate un poco", "te has convertido en un niño-búnker" y expresiones de ese tipo. Y recordarles que tienen derechos, pero también responsabilidades.

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