La madre de la cría de oso que el Principado intentará rescatar en Cangas del Narcea. Así lo cuenta la Fundación Oso Pardo, que diariamente transmitió información del caso a la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales. Desde el pasado 20 de mayo un equipo de la organización conservacionista sigue a la madre y al esbardo, y ha podido grabar cómo el macho se alimenta de la hembra después de matarla. Se trata del primer caso documentado en la Cordillera Cantábrica de muerte de una osa por un intento de infanticidio.

"La muerte se produjo mientras la osa peleaba en defensa de su cría, nacida en enero de este año. En la época de celo, algunos osos macho intentan matar a los oseznos cuando localizan a una osa con crías del año para reproducirse con la madre. El infanticido de los oseznos, que resulta emocionalmente duro e incomprensible, no deja de ser parte del funcionamiento de la naturaleza, y en el caso de los osos, incluso hemos podido comprobar que es la principal causa de mortalidad de los cachorros en su primer año y medio de vida en la Cordillera Cantábrica", explican expertos de la Fundación Oso Pardo.

Hasta hoy, el macho ha permanecido, según cuentan, en la zona alimentándose del cadáver de la osa, que ha tapado con brezos y tierra para protegerlo de otros carroñeros. La cría, que sobrevivió al ataque, ha sido vista con vida esporádicamente durante tres días, hasta el 3 de junio en una zona inaccesible para el macho, que ha intentado acercarse a ella en una ocasión. "Desde entonces no ha podido observarse y no sabemos cómo se encuentra", dicen. "No nos sorprende que el oso, como buen oportunista que es, aproveche el cadáver de la osa. En este caso, el seguimiento ha permitido comprobar la larga permanencia del macho junto a la carroña, recuperándose probablemente del desgaste energético del celo, así como el intento de acercamiento a la cría viva", añaden.

El rescate

La Fundación Oso Pardo continúa colaborando con la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales y apoya el rescate del esbardo. "El índice de supervivencia en la naturaleza" de este ejemplar, según el Principado, "es bajo, dada su corta edad (unos 6 meses) y la presencia del macho adulto". El operativo de vigilancia comenzó el pasado 31 de mayo, una vez se tuvo conocimiento del estado del osezno. "Lo que se hizo en este caso es seguir el protocolo establecido en el grupo de trabajo del oso pardo cantábrico, del que forman parte las comunidades autónomas de Galicia, Castilla y León, Cantabria y Asturias, así como el Ministerio y los expertos", explican fuentes de la Consejería de Desarrollo Rural.

Este grupo se reunió y tomó recientemente la decisión de recuperar a la cría, "siempre y cuando se den condiciones de seguridad para el conjunto del operativo y para el propio ejemplar". En estos momentos, el Principado "evalúa la situación para ver cuándo es mejor actuar". La intervención, adelantan, no será fácil, pues se trata de "una zona agreste y de difícil acceso". "Se debe, ante todo, garantizar la seguridad del personal del operativo y de la cría de oso", insisten.