"¡Vaya verano que nos espera!", exclamó ayer la alcaldesa de un municipio costero ante la inminente aprobación de nuevas normas sobre el uso de las playas, que recomendarán "a título orientativo", por ejemplo, limitaciones en los accesos y los aparcamientos y aforos máximos en cada arenal, diferentes además en bajamar y en pleamar. La falta de personal y de dinero para contratarlo obligará a apelar a la responsabilidad individual de los bañistas a la hora de utilizar las playas este verano. Es la conclusión a la que llegaron ayer los representantes del Principado, la Delegación del Gobierno y los ayuntamientos costeros durante una reunión telemática sobre el uso de los arenales. Sin la colaboración ciudadana, sin "autocontrol de los bañistas", según los regidores, resultará "imposible" cumplir las recomendaciones elaboradas por el Servicio de Emergencias del Principado (SEPA), entre las que figura la posibilidad de prohibir tumbarse en toallas o permitir solo el paseo y el baño en playas urbanas o muy concurridas.

Varios representantes municipales manifestaron su malestar porque se pretenda responsabilizar a los ayuntamientos del cumplimiento de las normas de uso de las playas, ya que carecen de medios económicos y humanos. Pero el Principado y el Estado están igual, según reconocieron el vicepresidente y consejero de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, y la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa.

Cofiño admitió que ya antes de la pandemia la situación de las finanzas autonómicas era "muy delicada", y hasta llegó a pronunciar, en tono coloquial, la palabra "quiebra" al referirse al estado actual de las cuentas del Principado. Se escudaba así en la falta de dinero ante las reclamaciones de los alcaldes para que el Principado asumiera el coste derivado de la contratación de personal para controlar aforos y accesos en las playas.

Losa tiró por otro camino: la falta de medios humanos. Se quejó de que en Asturias solo haya 2.000 guardias civiles, lo que imposibilita, según subrayó, que ese cuerpo se encargue de controlar las playas de la región. Tampoco lo podrán hacer, porque así lo ha establecido el Principado, ni los voluntarios de Protección Civil ni los socorristas.

Ante esta situación, los alcaldes lanzaron múltiples preguntas. Por ejemplo, ¿quién ejercerá la autoridad en las playas, si los socorristas ya se veían en dificultades en muchas ocasiones para que se cumplieran las normas básicas cuando el acceso era libre? ¿quién ejercerá la autoridad en las playas, si los socorristas ya se veían en dificultades en muchas ocasiones para que se cumplieran las normas básicas cuando el acceso era libre?¿O quién se encargará de "sacar" a la gente de la playa cuando suba la marea y no haya espacio suficiente para respetar la distancia mínima? Los responsables autonómicos y estatales no supieron despejar esas incógnitas. Los alcaldes solo ven una salida: campañas de concienciación ciudadana.

También quedaron sin contestar las preguntas de los alcaldes sobre quién sufragará el incremento de los gastos que supondrán las tareas de limpieza de los baños públicos o si finalmente se permitirá el funcionamiento de las duchas. Son cuestiones que quedaron pendientes para una próxima reunión, prevista para el lunes.

Los asistentes al encuentro de trabajo, que se prolongó durante más de una hora y media, pactaron una nota de prensa en la que se señala que los ayuntamientos costeros apelarán a la responsabilidad ciudadana "para un uso responsable de las playas" y el respeto "a las medidas sanitarias que estarán vigentes en la etapa de nueva normalidad que se iniciará el próximo 21 de junio". Y que para ello contarán con el apoyo del Principado, "a través de una campaña de sensibilización", y recurrirán a las propuestas realizadas por el SEPA "como documento meramente orientativo".

En el escrito se admite que el encuentro sirvió "para constatar que ninguna de las tres administraciones presentes dispone de recursos humanos ni económicos para implementar medidas extraordinarias más allá de actuaciones concretas que se puedan adoptar en momentos puntuales". Por ello consideran que la "clave del éxito" del disfrute de los arenales durante este verano ha de ser "la responsabilidad y cooperación ciudadana y el compromiso cívico".