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El Oriente suspira por los turistas

"Ojalá se escape alguno este fin de semana", desean comerciantes y hosteleros l "En Llanes, sin madrileños, vascos o cántabros, moriríamos", dice la encargada de una tienda

El Oriente suspira por los turistas

"Ojalá se escape algún turista este fin de semana", aseguró ayer una comerciante llanisca. "Eso sí, que vengan con responsabilidad", añadió. Las palabras de esta comerciante resumen la contradicción en que vive un sector que está sufriendo como pocos el embate del parón del estado de alarma. "O morimos de coronavirus o de hambre", apostillaba un hostelero, resumiendo la disyuntiva en la que se encuentran. Ayer a medianoche se levantaba el veto para que los vecinos del País Vasco pudiesen salir de su región hacia Cantabria. El lunes serán los madrileños quienes pasen a la "nueva normalidad" y puedan desplazarse a cualquier lugar, también a Asturias, uno de sus destinos favoritos. Y a pesar del miedo que genera esta apertura de fronteras, comerciantes y hosteleros suspiran por que lleguen. Ni un atisbo de "madrileñofobia" o "vascofobia".

Lo cierto es que en el Oriente apenas se notó esa apertura de fronteras. Sí, al parecer, en localidades como San Vicente de la Barquera, a tan solo 35 kilómetros, ya en Cantabria, que "estaba hasta arriba", según el hostelero Fernando Armas, dueño del gastrobar "Pinín", en la calle Mayor de Llanes, que ayer abría por primera vez después de tres meses.

"Algunos bares de la calle Mayor llevan abiertos unos veinte días, pero las terrazas están vacías. Pero, si nadie abrimos, no sé donde vamos a acabar", resume Armas. "Las casas rurales van a pegar este verano un bombazo. Esperemos que vengan a tomar algo a Llanes", deseó. Y eso que todo parece ponerse en contra. "Las fiestas se han fastidiado, que eran un momento en que se hacía mucho negocio", añadió. Eso sí, admite que para principios de julio tiene numerosas reservas de franceses y alemanes.

Marina Enterría, de la popular heladería "Revuelta", también está deseando la llegada de turistas: "Con la precaución adecuada está bien". Cree que, solo con los clientes de Llanes y de Asturias, "estará muy parado". Eso sí, indica que en todos los negocios se han establecido las medidas higiénicas adecuadas, mientras desinfecta una de las mesas de la heladería.

Carmen Buj, encargada de la tienda "Rico rico", en la calle Mercaderes, cree que, "con un verano sin turismo o el que tiene una segunda residencia, moriríamos. Aparte del turismo, no hay otro trabajo. Todo son tiendas pequeñas, bares, restaurantes..., que trabajan entre la Semana Santa y septiembre y octubre". Cree que es difícil salvar la temporada, pero considera que es posible el turismo durante este verano. "Solo hay que tener cuidado entre nosotros, tomar precauciones guardando la distancia y evitando lugares con aglomeraciones", explica.

Para esta comerciante, "la gente tiene ganas de airear, después del estado de alarma, quiere salir, pero habrá poca alegría en el gasto, no solo por los afectados de los ERTE's, sino por los que tienen miedo al futuro. Muchos negocios van a cerrar, no se van a poder mantener". Pero, en cuanto a los visitantes de otras regiones, "les esperamos con los brazos abiertos, estamos deseando que vengan , solo se pide responsabilidad". El tiempo dirá si los temores estaban justificados.

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